'CYBERPUNK'

Ninguno de los 1.300 inscritos pasó del primer nivel del Hacking Ético

Aunque había 1.300 inscritos, ninguno consiguió superar ni el primer nivel del Concurso Internacional Mikel Fernández de Hacking Ético, organizado por la empresa donostiarra S21sec. 'Lo habíamos puesto un poco difícil', reconoce Igor Unanue, el director técnico, quien achaca la falta de ganadores al poco tiempo de que se disponía y asegura estar 'impresionado por la cantidad de gente de Latinoamérica que participó'. El 70% era español.

El concurso duró tres semanas y se cerró el jueves. Consistía en pasar tres niveles: entrar en una web, obtener datos confidenciales de la red int...

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Aunque había 1.300 inscritos, ninguno consiguió superar ni el primer nivel del Concurso Internacional Mikel Fernández de Hacking Ético, organizado por la empresa donostiarra S21sec. 'Lo habíamos puesto un poco difícil', reconoce Igor Unanue, el director técnico, quien achaca la falta de ganadores al poco tiempo de que se disponía y asegura estar 'impresionado por la cantidad de gente de Latinoamérica que participó'. El 70% era español.

El concurso duró tres semanas y se cerró el jueves. Consistía en pasar tres niveles: entrar en una web, obtener datos confidenciales de la red interna y dejar un mensaje en un servidor de ésta. Aunque por el camino había servicios con vulnerabilidades conocidas que permitían la entrada, la dificultad radicaba en que los exploits (programa que abre el agujero) no estaban disponibles en Internet si no que debía escribirlos el propio atacante, cosa que nadie hizo.

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Unanue destaca la ética de los participantes: 'Ninguna dirección del perímetro de la máquina del concurso ha sufrido. Nadie ha hecho ataques de Denegación de Servicio (bombardeo). Lo han probado todo, eso sí, han intentado ejecutar ataques de cualquier cosa, también contra la página de información'.

9.000 personas diarias visitaron este sitio donde, en breve, publicarán el proceso que debía seguirse para llegar al final.

El concurso había molestado a algunas empresas, que lo interpretaron como una incitación al hacking, algo que niega Iker Unanue: 'Un hacker no tiene porqué estar siempre delinquiendo; también puede aprender jugando, con los amigos y con sistemas que no encuentra normalmente, como los que pusimos a su alcance. Nuestro objetivo era mover el mundo de la seguridad, crear un foro de reunión, unir a la gente'.

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