El pensamiento frente a la barbarie, en la obra 'Sigue la tormenta'

Nuevo montaje de la compañía vasca Ur

Un joven y triunfante director austriaco quiere montar El rey Lear, de Shakespeare, en uno de los teatros más influyentes de Berlín, y elige como protagonista a un actor retirado que no ha podido superar la huella terrible del nazismo. El encuentro da pie a la compañía vasca Ur a realizar 'una reivindicación del pensamiento frente a la barbarie' en Sigue la tormenta. La obra, de Enzo Cormann, aportará aires de compromiso político al Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid hasta el domingo, en la sala Cuarta Pared.

A Théo Steiner, el actor vienés marcado p...

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Un joven y triunfante director austriaco quiere montar El rey Lear, de Shakespeare, en uno de los teatros más influyentes de Berlín, y elige como protagonista a un actor retirado que no ha podido superar la huella terrible del nazismo. El encuentro da pie a la compañía vasca Ur a realizar 'una reivindicación del pensamiento frente a la barbarie' en Sigue la tormenta. La obra, de Enzo Cormann, aportará aires de compromiso político al Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid hasta el domingo, en la sala Cuarta Pared.

A Théo Steiner, el actor vienés marcado por el nazismo, la figura del rey Lear le trae a la memoria Theresiensdat, el 'gueto modelo' que se inventó Hitler para hacer pasar por un edén lo que en realidad fue un campo de exterminio para 140.000 judíos. 'Se contaba al mundo que Hitler había construido una ciudad para los judíos, en Tezerin, al norte de Praga, con el fin de protegerles de los avatares y las tensiones de la guerra', afirma la directora de la compañía Ur, Helena Pimenta. Sin embargo, la historia desvelaría más tarde que aquella idílica ciudad era falsa y estaba concebida para engañar a la Cruz Roja Internacional. Los jardines, las escuelas y los hospitales eran decorados, y los satisfechos habitantes eran actores 'y numerosos extras obligados a posar bien vestidos y sonrientes con la estrella amarilla'.

Walter Vidarte, que encarna al actor exiliado, comentó que su papel 'se centra en saber qué le pasó a este actor para que abandonara una carrera exitosa, y la explicación la da el autor con una reflexión muy profunda: hasta dónde llega la responsabilidad de cada uno en su propia destrucción y en la destrucción de los demás'. El actor José Tomé, que se pone en la piel de un director de escena sin el estigma nazi debido a su juventud, manifestó que 'la obra hace preguntas muy concretas y los dos protagonistas reflexionan en torno al dolor'.

El sufrimiento del presente

Sobre el sufrimiento, pero aplicado al presente, terció la directora, Helena Pimenta: 'Proceder de Euskadi nos hace tomar contacto con un dolor al que es difícil encontrar explicación y que le lleva a uno a hacerse preguntas sobre la condición del ser humano'. El autor de Sigue la tormenta, Enzo Cormann, forma parte de la corriente de dramaturgos franceses que utiliza el arte como denuncia de las injusticias y para poner en la picota a los cómplices por omisión. 'Durante la Segunda Guerra Mundial, ¿cuántos franceses que aborrecían y abominaban de Hitler dejaron que miles de vecinos y compañeros judíos fuesen deportados?', recuerda Cormann. De ahí que, a su juicio, la función del teatro sea 'cuestionar la representación dominante'. 'Los creadores de productos de entretenimiento nos dicen que todo el mundo quiere divertirse, que nadie quiere ya pensar', insiste el dramaturgo francés.

Enzo Cormann presenciará la adaptación que Ur ha hecho de su texto el día 29 de noviembre, ya que la obra continuará en la programación de la sala Cuarta Pared hasta el 16 de diciembre.

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Sigue la tormenta. Sala Cuarta Pared. Ercilla, 19. Metro Embajadores. De jueves a domingo, a las 21.00.

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