Crónica:BOLSA

Nervios

Los inversores tanteaban la capacidad de los mercados para aguantar la realización de beneficios que les habían propuesto cuando todo se vino abajo con un nuevo accidente aéreo en Nueva York.

La reacción inicial en todas las bolsas fue de pánico, para pasar después a un razonable periodo de dudas en el que la posibilidad de un accidente era el argumento principal. Al final, y todavía con numerosas dudas, los mercados europeos se inclinaron abiertamente a la baja y el Ibex 35 cedía el 1,97%.

Los valores más perjudicados eran aquellos más directamente relacionados con la aviación, ...

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Los inversores tanteaban la capacidad de los mercados para aguantar la realización de beneficios que les habían propuesto cuando todo se vino abajo con un nuevo accidente aéreo en Nueva York.

La reacción inicial en todas las bolsas fue de pánico, para pasar después a un razonable periodo de dudas en el que la posibilidad de un accidente era el argumento principal. Al final, y todavía con numerosas dudas, los mercados europeos se inclinaron abiertamente a la baja y el Ibex 35 cedía el 1,97%.

Los valores más perjudicados eran aquellos más directamente relacionados con la aviación, y así, en el mercado español, Amadeus -la compañía de reservas- bajaba el 8,78%, EADS -propietaria mayoritaria de Airbus- perdía el 9,12% y las acciones de Iberia caían el 4,60%. La mayoría de las compañías aéreas europeas perdían más del 5% en el momento del cierre del mercado.

El accidente de este avión ha cumplido uno de los más graves temores que tenían los analistas y los inversores desde el pasado día 11 de septiembre, que era la posibilidad de que se repitiera una catástrofe. A la vista de los primeros resultados, hay que señalar que la respuesta de los mercados ha sido bastante sensata, aunque muy posiblemente hay que contar con algunos apoyos oficiales.

Los inversores dieron un giro radical en su postura, que, en lo referente al mercado de deuda, había sido vendedora durante toda la mañana. Nada más conocerse el accidente volvieron a comprar y la rentabilidad a 10 años bajó en cuatro décimas, hasta el 4,60%.

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