Las Palmas
El mojo, salsa ideal para el pescaíto frito o las papas arrugás, o la guagua, el autobús, son términos básicos para entenderse en Las Palmas de Gran Canaria. Pero hay muchos otros: coyote o chandalero (jóvenes cuya vestimenta y comportamientos recuerdan a los cantantes de hip-hop), pibe o piba (sinónimos de chico o chica) y chacho o chacha (hombre o mujer) son algunos. Y el grito de guerra de la afición de la Unión Deportiva Las Palmas: pío-pío.
La noche de Las Palmas se concentra en dos zonas: la parte antigua (desde la plaza de Cairasco hasta los alrededores de la calle de Perojo) y e...
Vocabulario básico
El mojo, salsa ideal para el pescaíto frito o las papas arrugás, o la guagua, el autobús, son términos básicos para entenderse en Las Palmas de Gran Canaria. Pero hay muchos otros: coyote o chandalero (jóvenes cuya vestimenta y comportamientos recuerdan a los cantantes de hip-hop), pibe o piba (sinónimos de chico o chica) y chacho o chacha (hombre o mujer) son algunos. Y el grito de guerra de la afición de la Unión Deportiva Las Palmas: pío-pío.
Copas y 'parranda'
La noche de Las Palmas se concentra en dos zonas: la parte antigua (desde la plaza de Cairasco hasta los alrededores de la calle de Perojo) y el puerto, cuya marcha o parranda se desarrolla entre la playa de las Canteras, la zona comercial de Mesa y López y el parque Santa Catalina. Hay para todos los gustos, desde el copeteo con música de fondo del Pub Gas (calle de Pascal, 1) o del Destilería (Perdomo) hasta la marcha desenfrenada de Naomi (Joaquín Costa, s/n) o Mogambo (Montevideo, 5).
De compras
La calle de Triana y la avenida de Mesa y López son los dos centros neurálgicos de las compras. En la primera -peatonal y bulliciosa- existen aún algunas de las tiendas de ropa y artesanía más antiguas de la ciudad. Entre compra y compra, uno se toma un respiro en las terrazas de bares y restaurantes o, simplemente, contempla las fachadas modernistas de la parte antigua. La avenida de Mesa y López -más moderna- está atravesada por una rambla que a modo de flecha se clava en la plaza de España, punto de encuentro de los noctámbulos más selectos.