Aprendizaje estructurado y atención personal continuada

'Con los autistas no hay tratamientos milagrosos y conocer el problema no significa encontrar la solución', afirma Mercedes Molina, presidenta de la asociación de Sevilla. Sólo la atención educativa y farmacológica individual y continua surte efecto. Una tarea que en el Centro Ángel Rivière recae en los 18 profesionales (11 de ellos especialistas) que atienden a los 16 alumnos matriculados actualmente.

Su labor está acotada por el programa TEACCH, un plan elaborado en la Universidad de Carolina del Norte, que gira en torno a las fortalezas, habilidades, intereses y necesidades del autis...

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'Con los autistas no hay tratamientos milagrosos y conocer el problema no significa encontrar la solución', afirma Mercedes Molina, presidenta de la asociación de Sevilla. Sólo la atención educativa y farmacológica individual y continua surte efecto. Una tarea que en el Centro Ángel Rivière recae en los 18 profesionales (11 de ellos especialistas) que atienden a los 16 alumnos matriculados actualmente.

Su labor está acotada por el programa TEACCH, un plan elaborado en la Universidad de Carolina del Norte, que gira en torno a las fortalezas, habilidades, intereses y necesidades del autista y que, principalmente, persigue un doble objetivo: incrementar su entendimiento y hacer el entorno más comprensible. El proceso de aprendizaje del autista ha de estar estructurado. Así, hay que organizar el entorno físico (mediante símbolos o referentes cromáticos); desarrollar horarios y sistemas de trabajo; hacer claras y explícitas las demandas y usar materiales visuales para captar su atención. Todo esto consigue estimular su interés, porque de hecho los autistas tienen especial fortaleza en habilidades visuales, memoria y otras áreas que pueden ser las bases de un funcionamiento adulto exitoso.

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Ése es el gran objetivo: lograr que el tránsito a la vida adulta de sus alumnos sea lo más efectivo posible. 'La secundaria no funciona con estos jóvenes, de ahí la necesidad de que podamos contar pronto con aulas de transición a la vida adulta', explica Mercedes Molina, consciente de las dificultades a sortear ante la desatención institucional que padecen.

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