Detenido por abandonar a un moribundo tras estrellarse cuando ambos huían de un robo

La Guardia Civil encontró el cadáver descompuesto en La Rinconada

La confesión del acusado y las declaraciones de algunos testigos han desvelado las claves de un macabro suceso que saltó a la luz pública la pasada semana cuando la Guardia Civil encontró un cuerpo en descomposición sentado en un coche estrellado en un cañaveral en la localidad sevillana de La Rinconada. El conductor y propietario del vehículo, según se refleja en las conclusiones de la investigación, abandonó a su suerte a su acompañante gravemente herido o, incluso, ya muerto, tras salirse de la carretera cuando huían de un robo.

Cunado la patrulla abrió la puerta del Peugeot 40...

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La confesión del acusado y las declaraciones de algunos testigos han desvelado las claves de un macabro suceso que saltó a la luz pública la pasada semana cuando la Guardia Civil encontró un cuerpo en descomposición sentado en un coche estrellado en un cañaveral en la localidad sevillana de La Rinconada. El conductor y propietario del vehículo, según se refleja en las conclusiones de la investigación, abandonó a su suerte a su acompañante gravemente herido o, incluso, ya muerto, tras salirse de la carretera cuando huían de un robo.

Cunado la patrulla abrió la puerta del Peugeot 405 clavado en pleno campo, encontraron un cadáver ennegrecido y pestilente. El aspecto y el color adquirido por el cuerpo en putrefacción les llevó a pensar que se podía tratar de un inmigrante, cuyo viaje a un mundo próspero habría acabado estrellado contra una cuneta.

La identificación de las huellas -el llamado, en terminología forense, análisis necro-dactilar- le dio identidad al cadáver, que resultó ser el de un hombre vecino de La Rinconada y que respondía a las iniciales J. O. V. La matrícula y el bastidor del coche también identificaban a su propietario. La Guardia Civil comenzó a buscarle. Los vecinos de este hombre, de 43 años y cuyas iniciales son M. H. C., acrecentaron las sospechas de los agentes cuando comentaron que desde el día en el que se presumía que había sucedido el accidente habían visto al ya sospechoso con magulladuras y heridas que parecían ser fruto de una fuerte contusión.

Tras la detención de esta persona, las cosas empezaron a aclararse. Según la investigación, el fallecido y J. O. V. iniciaron una escapada a bordo del automóvil de este último tras cometer un robo en un domicilio el pasado 9 de septiembre. Cuando estaban en pleno robo, una persona relacionada con el inmueble que estaban asaltando les descubrió y les siguió a bordo de su automóvil en una alocada carrera.

El ahora detenido y el fallecido acabaron en un cañaveral. El segundo estaba gravemente herido, o posiblemente muerto, como consecuencia del accidente. Según ha confesado el detenido, cubrió con hojas y follaje a su compañero conmocionado 'para que no pasara frío'.

No creía que su amigo estaba muerto, pero no podía ignorar que estaba gravemente herido. El gesto que dice que hizo por humanidad, no se vio seguido por la asistencia a esta persona, cuyo cadáver se descubrió a los tres días. Ahora, a la acusación de robo, se le sumará la de omisión al deber del socorro.

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