El policía enajenado que fue abatido por sus compañeros sufría depresiones

El agente comenzó a disparar de forma indiscriminada en Quevedo

José T. V., el agente del Cuerpo Nacional de Policía, de 52 años, que tuvo que ser disparado en la madrugada de ayer por sus compañeros después de que empezara a disparar de forma indiscriminada en la plaza de Quevedo (Chamberí), continúa ingresado con pronóstico grave en el hospital Clínico. Fuentes policiales señalaron que el agente había sufrido depresiones en los últimos años.

José T. V. pertenece a la Jefatura Superior de Policía de Granada. Durante toda su vida profesional ha trabajado en la comisaría del distrito de Centro de esta ciudad, salvo los dos últimos años que fue destin...

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José T. V., el agente del Cuerpo Nacional de Policía, de 52 años, que tuvo que ser disparado en la madrugada de ayer por sus compañeros después de que empezara a disparar de forma indiscriminada en la plaza de Quevedo (Chamberí), continúa ingresado con pronóstico grave en el hospital Clínico. Fuentes policiales señalaron que el agente había sufrido depresiones en los últimos años.

José T. V. pertenece a la Jefatura Superior de Policía de Granada. Durante toda su vida profesional ha trabajado en la comisaría del distrito de Centro de esta ciudad, salvo los dos últimos años que fue destinado a la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, dependiente de la Dirección General de la Policía. Su función era custodiar altos cargos de la administración. En su hoja de servicio no consta ningún incidente, según explicó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Granada.

El agente había sufrido en los últimos años fuertes depresiones. El tiroteo se produjo alrededor de las doce y media de la noche del viernes, cuando el agente se acercó a un grupo de chicas y comenzó a piropearlas. Uno de los acompañantes le recriminó esta actitud y le dijo que pidiera disculpas a las chicas. El policía le ofreció un cigarrillo, a lo que accedió el joven tratando de limar asperezas. Sin embargo, en lugar de sacar un paquete de tabaco, José T. V. desenfundó un arma y comenzó a disparar, según informaron fuentes policiales.

Al lugar acudió un coche patrulla de la comisaría de Chamberí. Los dos policías, tras identificarse, pidieron a su compañero que tirara el arma y se entregara. Al ver que no deponía su actitud abrieron fuego. 'Primero oímos uno o dos tiros y, al rato, una ráfaga muy seguida. Cuando nos asomamos a la ventana, vimos a una persona muy bien vestida tirada en el suelo y cómo lo atendían los médicos del Samur', explicó una vecina.

Ocho disparos

Los agentes alcanzaron a José T. V. en las piernas, en una mano y en el abdomen. En total recibió ocho disparos, según informó un portavoz del Samur-Protección Civil. Los facultativos de una UVI móvil de este servicio de ambulancias atendieron al policía en el lugar del tiroteo y, tras estabilizarle, le trasladaron al hospital Clínico, donde fue intervenido quirúrgicamente. Ayer permanecía ingresado en este centro hospitalario con pronóstico grave.

Los tiros que hicieron los agentes alcanzaron a una cafetería cercana llamada sandwichlandia, que a esas horas ya estaba cerrada. Las balas impactaron en la columna de una puerta de entrada, en el cierre y en un cartel luminoso en el interior del local. 'A esa hora suele haber poca gente por la calle. Cerramos siempre a las once y media porque ya no viene nadie. Ayer hubo suerte, porque, si estamos abiertos, cualquiera podría haber resultado herido', explicó la responsable de este local de restauración, Ana Belén González. En este local trabajan seis dependientes.

Los vecinos salieron a la calle asustados al oír los disparos. El lugar fue acordonado por la zona por la policía, que recogió una veintena de casquillos en la zona del tiroteo.

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