SEMANA DE MÚSICA DE CÁMARA DE SEGOVIA

La lección de los grandes maestros

Si quisiéramos definir lo que ha sido y es la Semana Internacional de Música de Cámara de Segovia, podríamos hacerlo en estas palabras: categoría, belleza, rigor, utilidad y llaneza. Y así sucede esta vez, en la XXXII edición de un festival-curso-encuentro que se celebra en la iglesia de San Juan de los Caballeros, 'un auditorio bastante diferente a otros muchos', como advierte el director del Museo Zuloaga, Alonso Zamora Canellada.

Escuchar gran música de cámara en este entorno mágico constituye una experiencia aparte que, sin embargo, durante estos días se torna cotidiana. Y en la cit...

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Si quisiéramos definir lo que ha sido y es la Semana Internacional de Música de Cámara de Segovia, podríamos hacerlo en estas palabras: categoría, belleza, rigor, utilidad y llaneza. Y así sucede esta vez, en la XXXII edición de un festival-curso-encuentro que se celebra en la iglesia de San Juan de los Caballeros, 'un auditorio bastante diferente a otros muchos', como advierte el director del Museo Zuloaga, Alonso Zamora Canellada.

Escuchar gran música de cámara en este entorno mágico constituye una experiencia aparte que, sin embargo, durante estos días se torna cotidiana. Y en la cita diaria que alterna conciertos, lecciones magistrales, conversaciones y debates se alzó la presencia del admirable violinista Ruggiero Ricci (San Francisco, 1918), un maestro cuyo virtuosismo permance vivo y asombroso a sus 83 años. Bien lo demostró en la Sonata de Cristóbal Halffter, escrita en 1959, en la de Prokofiev (dada a conocer en Moscú, en 1947), en la tercera del belga Eugene Yasaye y en el célebre Capricho número 24, de Paganini. Otros ilustres profesores del curso segoviano, que articula y dirige Luciano Sarmiento, como el viola Bruno Giuranna (Milán, 1933), el violinista español Víctor Martín (Elne, Francia, 1944), el pianista Agustín Serrano, en el que renace el arte camerístico de su maestro, Enrique Aroca; el violinista madrileño Juan Luis Gallego (1975), y el violonchelista búlgaro residente en Madrid Dimitar Fur-nadjiev, hicieron auténtica lección magistral con el Quinteto en fa menor, de Cesar Franck, compuesto en 1879. Convertir el máximo virtuosismo en pura fuerza musical, tal es el uso del gran Ricci y sus colegas, supera en emoción a los hábitos meramente profesionales.

Sobre esos patrones de nobleza y depuración del grupo I Filarmonici di Roma, con el italiano Uto Ughi (Busto Arsizio, Varese, 1944), dieron vida a los pentagramas significativos de Vivaldi, concierto octavo de la opus 3, El Estro armónico, para dos violines y arcos, en el que partició con Ughi, Maryse Regard, digna discípula de Grumiaux, cuyo gran violín Guarneri, de 1744, posee hoy Uto Ughi, maestro en tantos aspectos empezando por la creación de una calidad sonora sorprendentemente hermosa. No lo es menos la Sinfonía en re menor, denominada La casa del diavolo, de Bocherini, cuya impostación dramática, dentro del estilo y la forma clásica, hace pensar en Beethoven. En fin, el primer concierto, en re mayor, de Paganini, protagonizado por Uto Ughi con acentos humanísimos, línea noble y purísima afectividad. El conjunto romano respondió a su director-concertino con suma identificación de concepto y ejecución.

Para cerrar el primer tramo concertístico de la Semana, nuestros bien conocidos y aplaudidos instrumentistas del Cuarteto Parisií, en unión del oboista Florent Héau, de un preciosismo absoluto, dijeron a todos lo que son, valen y significan los Quintetos de Mozart y Brahms. El compositor Cristóbal Halffter desarrolló la primera lección sobre el tema La música de cámara en España, en la Academia de San Quirce. La respuesta del público asistente avala la orientación de la Fundación Juan de Borbón en estos ciclos anuales.

En la segunda serie de conciertos, ocuparán la cátedra de San Juan de los Caballeros Jordi Savall con el grupo Hesperión XXI, el dúo Elena Grajera-Antón Cardó en homenaje a Dúo Vital, Julián Bautista y Joaquín Rodrigo, en su centenario, el dúo de pianos Brenno Ambrosini-David Kuyken y el conjunto Neopercusión, de Juanjo Guillem, con repertorio contemporáneo de Takemisu, Guinjoan y Xenakis.

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