Reportaje:

Agasajo sin avalanchas

Los aficionados homenajean a Joane Somarriba en la salida del Tour sin atascar el centro de Bilbao

Si Lance Armstrong necesita guardaespaldas, Joane Somarriba hubiera necesitado ayer, al menos, de una organización competente para aislarla del público. No hubo avalanchas en Bilbao para asistir a la salida de la décima edición del Tour femenino, pero sí el número suficiente de aficionados como para atosigar a la campeona vizcaína, que apenas tuvo sitio para poder calentar sobre el rodillo.

'Sólo aquí podría haberse celebrado una salida del Tour', asegura la madre de Montse Alonso, participante en la prueba con la selección catalana. Efectivamente, sólo en Euskadi se vive con tanta inte...

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Si Lance Armstrong necesita guardaespaldas, Joane Somarriba hubiera necesitado ayer, al menos, de una organización competente para aislarla del público. No hubo avalanchas en Bilbao para asistir a la salida de la décima edición del Tour femenino, pero sí el número suficiente de aficionados como para atosigar a la campeona vizcaína, que apenas tuvo sitio para poder calentar sobre el rodillo.

'Sólo aquí podría haberse celebrado una salida del Tour', asegura la madre de Montse Alonso, participante en la prueba con la selección catalana. Efectivamente, sólo en Euskadi se vive con tanta intensidad la pasión por el ciclismo, incluso el femenino. 'En otras comunidades, las chicas corren sin público, pero aquí es otra cosa', cuenta la inquieta madre. Su hija salía ayer entre las primeras. No se registraron aglomeraciones, pero numerosos aficionados madrugaron para ocupar los puntos más intersantes del recorrido, como la subida a Begoña, la Gran Vía, la curva del Ayuntamiento o la Alameda Rekalde. También el palco VIP, que tres horas antes de la cita estelar, esto es la salida de Somarriba, ya tenía ocupantes.

'Éstas, éstas sí que tienen mérito y no el pelotón de vagos que se paseó la semana pasada en el Memorial Ricardo Otxoa', se indignaba un cicloturista. 'En el Tour masculino, todo fueron agobios. Ví la etapa de Luz Ardiden entre miles de personas. Prefiero esto, al menos se puede animar a las ciclistas con calma', explicaba otro, vestido con culotte. Los había decididamente paternalistas, como un sexagenario de la Sociedad Ciclista de Llodio que, apostado en la curva más peligrosa del trazado había visto caer a seis participantes.

Entre quienes siguieron el inicio de la contrarreloj estuvo el lehendakari, Juan José Ibarretxe, quien aprovechó para destacar los últimos exitos de los ciclistas vascos. Por la tarde, les esperaba a las corredores el segundo sector de la primera etapa, 107 kilómetros entre Bilbao y Gernika.

Un grupo de cicloturistas anima a una de las participantes del Tour femenino en las calles de Bilbao.TXETXU BERRUEZO
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