El Barça se despide con goles

De un festival a pasar apuros. El Barça mostró ayer dos caras en su último partido amistoso en Suiza, ante el Sporting de Lisboa. Los azulgrana dominaron a placer en el primer tiempo, con goles de Luis Enrique y Overmars, y acabaron sufriendo después ante el tanto de André Cruz a falta de media hora para el final. Gerard, en el último suspiro, acabó maquillando el marcador en un rápido contraataque. No habrá mucho tiempo para corregir los errores: el Barça se juega el miércoles la mitad del billete para acceder a la Liga de Campeones ante el Wisla de Cracovia, en Polonia. No estará allí Rivald...

De un festival a pasar apuros. El Barça mostró ayer dos caras en su último partido amistoso en Suiza, ante el Sporting de Lisboa. Los azulgrana dominaron a placer en el primer tiempo, con goles de Luis Enrique y Overmars, y acabaron sufriendo después ante el tanto de André Cruz a falta de media hora para el final. Gerard, en el último suspiro, acabó maquillando el marcador en un rápido contraataque. No habrá mucho tiempo para corregir los errores: el Barça se juega el miércoles la mitad del billete para acceder a la Liga de Campeones ante el Wisla de Cracovia, en Polonia. No estará allí Rivaldo y es más que dudoso el concurso de Saviola, la nueva estrella azulgrana, que está en Argentina por el repentino empeoramiento de la salud de su padre.

Rexach diseñó el dibujo habitual del verano: 4-4-2. Llenó el medio del campo con orden y con las piezas precisas. Cada jugador en su sitio. Xavi estuvo bien protegido por Rochemback, un utilitario correoso que imprime carácter en la medular y por la experiencia de Luis Enrique. Overmars actuó de único extremo y todo el juego basculó hacia él. La conexión entre Xavi y Kluivert para asistir a la zona de ataque tardó en funcionar. A Rivaldo, que reaparecía ayer en el equipo y tuvo que hacer de Saviola, le falta chispa. No parece pesarle demasiado porque volvió a su suplir su baja forma con su técnica. En el segundo balón que le llegó, diseñó la jugada del primer gol del Barça. Fue un tanto de visión de juego, un cambio de orientación hacia la otra zona del campo que despistó a los portugueses. Andersson y Luis Enrique hicieron el resto. Los portugueses adelantaron las líneas y ahí cavaron su tumba. La defensa del Barça no es la del pasado año. Tiene a Andersson, un tipo que intimida. Kluivert sólo tuvo que levantar la cabeza, ver a Overmars y lanzarle un balón largo para que el extremo marcara. Los azulgrana pusieron el partido donde querían. Fue un festival hasta el descanso.

Luego ya fue otra historia. El Barça replegó lineas y el Sporting se lanzó al ataque hasta el gol de André Cruz. Pero los azulgrana resistieron con dos paradas certeras de Bonano y con su seria defensa. Gerard, en el último segundo, sorprendió al Sporting con un chut desde fuera del área.