INTENSA EMOCIÓN EN UNA 'AIDA' QUE NO SE OLVIDARÁ
La belleza y carga explosiva de Luciana D'Intino y Manon Feubel conquistaron en Santander.
Había gran interés por conocer la coproducción del festival y el Liceo de Barcelona para la que se han reconstruido y adaptado por Jordi Castells los escenarios de Mestres Cabanyes, tan espectaculares y superrealistas. En cuanto al reparto, tan comprometido en el caso de Aida, contamos con un cuadro de categoría, especialmente en la Amneris de Luciana D'Intino y la Aida de Manon Feubel, excelente en el Oh, patria mía, el punto musical más alto de toda la obra. Se trata de dos voces de potente belleza y carga expresiva que tuvieron adecuada respuesta en el Radamés del ruso Vladími...
Había gran interés por conocer la coproducción del festival y el Liceo de Barcelona para la que se han reconstruido y adaptado por Jordi Castells los escenarios de Mestres Cabanyes, tan espectaculares y superrealistas. En cuanto al reparto, tan comprometido en el caso de Aida, contamos con un cuadro de categoría, especialmente en la Amneris de Luciana D'Intino y la Aida de Manon Feubel, excelente en el Oh, patria mía, el punto musical más alto de toda la obra. Se trata de dos voces de potente belleza y carga expresiva que tuvieron adecuada respuesta en el Radamés del ruso Vladímir Galouzine, en el Ramfis del también ruso Abdrazakov y en el Amonasro de Paolo Gavanelli, bien conocido del público santanderino.
Era problemático, en los momentos más meyerberianos, mover un contingente tan numeroso como el formado por los varios coros, ballets y comparsería, pero José Antonio Gutiérrez se las arregló, cuando menos, para colocar a todos en la escena con orden y claridad.
El director, Rico Saccani, llevó la obra con brillantez y sacó gran partido de los excelentes profesionales de la Ópera de Budapest, y aunque tendía más a lo espectacular, nos dio momentos de tan intensa emoción, como el final de la obra, en el que Giuseppe Verdi renuncia a todo aparato.
El éxito de esta Aida fue total y la inauguración del Festival de Santander, que este año celebra sus bodas de oro, augura unos resultados dignos de recordar. Contó con la asistencia de la reina Sofía.