Tribuna

El cuento de la cuenta atrás

¡Diez! Bueno, Joseba, ¿te acuerdas? Aquí estás otra vez en la misma situación que hace un año menos un día. Quién te iba a decir en aquel momen-to, cuando te agarrabas a ese inesperado podio con intensa -también inmensa- fruición, que ibas a encontrarte ahora en la misma situación. Toda una sorpresa, entonces. Toda una confirmación, ahora. La verdad es que este año he corrido mucho mejor, con mucha más confianza en mí mismo, más realista con mis verdaderas posibilidades. La pena, la escapada esa, que me da la puñeta un poco ahora, pero bueno, parece ser que está todo solventado, y que la justi...

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¡Diez! Bueno, Joseba, ¿te acuerdas? Aquí estás otra vez en la misma situación que hace un año menos un día. Quién te iba a decir en aquel momen-to, cuando te agarrabas a ese inesperado podio con intensa -también inmensa- fruición, que ibas a encontrarte ahora en la misma situación. Toda una sorpresa, entonces. Toda una confirmación, ahora. La verdad es que este año he corrido mucho mejor, con mucha más confianza en mí mismo, más realista con mis verdaderas posibilidades. La pena, la escapada esa, que me da la puñeta un poco ahora, pero bueno, parece ser que está todo solventado, y que la justicia dará su brazo a torcer -¿no?-, porque sólo el americano y el alemán han demostrado estar por encima de mí. Y ahora tan sólo 10 segundos para empezar a jugarme el podio, como el año pasado con Moreau. Diez, no falta nada, se va a enterar el Kivilev ese de quién soy yo, por si no lo sabe todavía.

¡Cinco! Por lo menos en algo ha cambiado la situación. El año pasado recuerdo que la cuenta atrás fue segundo a segundo. Este año ha pasado del diez al cinco, y estas cosas, en estos momentos se agradecen. Al menos te relajas durante esos breves instantes, al menos la tensión no va in crescendo segundo a segundo. Además, pensando estas tonterías se te pasa el momento ese, y cuando te das cuenta, estás pedaleando.

¡Cuatro! Ya sabes, ahora, lo de siempre, a concentrarse en la respiración. Inspirar lentamente por la nariz y espirar violentamente por la boca.

¡Tres! Ánimo, txapeldun, ya sabes que puedes, así que demuéstralo. Venga, otro soplido.

¡Dos! No te dejes aplatanar por los nervios, que tú sabes dominarlos bien; con serenidad, que es tu fuerte.

¡Uno! Ya, venga, a morir, que el domingo estás en casa. Sopla. A por ellos.

¡Top! Salida para Beloki.

Pedro Horrillo es corredor del Mapei.

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