Una votación polémica para sustituir a Castellet

La crisis en el seno del patronato de la fundación de la UCE -cuya función, entre otras cosas, es designar al rector-, se desató después de la votación en la que se escogió a Miquel Porter i Moix como nuevo presidente de la misma. Hasta entonces ocupaba el puesto Manuel Castellet en tanto que presidente del Institut d'Estudis Catalans (IEC). En opinión de Juli Peretó, representante de la Universidad de Valencia en el patronato, la votación fue 'anómala'. Joan Becat, secretario de la fundación, cree que fue 'una expresión de democracia en consonancia con lo que mandan los estatutos de la fundac...

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La crisis en el seno del patronato de la fundación de la UCE -cuya función, entre otras cosas, es designar al rector-, se desató después de la votación en la que se escogió a Miquel Porter i Moix como nuevo presidente de la misma. Hasta entonces ocupaba el puesto Manuel Castellet en tanto que presidente del Institut d'Estudis Catalans (IEC). En opinión de Juli Peretó, representante de la Universidad de Valencia en el patronato, la votación fue 'anómala'. Joan Becat, secretario de la fundación, cree que fue 'una expresión de democracia en consonancia con lo que mandan los estatutos de la fundación y una manera suave de mostrar a Castellet quién manda en la UCE'. El presidente del IEC no ha atendido a las peticiones de este diario para que diera su versión de los hechos.

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Becat y Joan Maluquer, secretario del equipo rector de la UCE, explican que a Castellet, de hecho, no se le había votado nunca como presidente y que ocupaba el puesto según el reglamento de la asociación que precedió a la constitución de la fundación, en 1995. Hasta ahora no se había discutido el papel de Castellet, pero desde principios de año el malestar ha ido creciendo entre los miembros del equipo rector, algunos de los cuales consideran que el presidente del IEC -cuyo mandato al frente del Institut acaba a principios del año que viene-, ha empezado a 'condicionar' su trabajo, cuando la tradición mandaba que los miembros de la fundación quedaran en un discreto segundo plano. Es más, un patrón asegura que Castellet tenía la intención de vender la sede barcelonesa de la UCE, un piso en la Gran Via de Barcelona propiedad del Institut pero cedido a la universidad hasta 2005. Agarrándose a la letra de los estatutos, 12 de los 38 patronos convocaron la reunión de la discordia. El problema está en que el enunciado de la convocatoria de la reunión no fue lo suficientemente diáfano, según denuncia Peretó.

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