Taiwan y Corea del Sur acogen con esperanza la designación

Taiwan y Corea del Sur recibieron con 'esperanza' la designación de Pekín como sede de los Juegos Olímpicos del año 2008. Aunque sus relaciones políticas con el gobierno chino no son buenas, ambos países ven en el nombramiento una oportunidad para normalizarlas. Así, el presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung, felicitó a su homólogo chino, Jiang Zemin, por la elección y mostró su confianza a que la decisión sirva para promover la paz y el desarrollo de las relaciones bilaterales entre ambos países. También el gobierno taiwanés, a través de su vicepresidenta, Annette Lu, subrayó que la coyunt...

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Taiwan y Corea del Sur recibieron con 'esperanza' la designación de Pekín como sede de los Juegos Olímpicos del año 2008. Aunque sus relaciones políticas con el gobierno chino no son buenas, ambos países ven en el nombramiento una oportunidad para normalizarlas. Así, el presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung, felicitó a su homólogo chino, Jiang Zemin, por la elección y mostró su confianza a que la decisión sirva para promover la paz y el desarrollo de las relaciones bilaterales entre ambos países. También el gobierno taiwanés, a través de su vicepresidenta, Annette Lu, subrayó que la coyuntura es ideal para lograr la paz.

En Hong Kong, la elección fue recibida con júbilo, tanto por los beneficios económicos que traerán los Juegos como por el cambio político que se vislumbra. 'Las inversiones extranjeras van a aumentar y los ojos de todo el mundo estarán puestos sobre Pekín al menos los próximos siete años', declaró Martin Lee, presidente del partido democrático hongkonés.

Críticas en Francia

La euforia desatada en la prensa china -'Pekín se adjudica una magnífica victoria', tituló el Beijing Morning Post- contrastó con la decepción francesa. L'Equipe, principal rotativo deportivo en Francia, atacó con dureza la situación que se vive en el país asiático: 'Lo que sabemos hoy de China es su desprecio brutal hacia los derechos humanos, su visión utilitaria y nacionalista del deporte, las prácticas masivas de dopaje que se producen en ciertas disciplinas, la cuasi virtualidad de su proyecto olímpico y su concepción arcaica de la información'. Le Figaro se centró en la táctica utilizada por los responsables de la candidatura de Pekín y en una de sus páginas se puede leer: 'China había multiplicado sus campañas de seducción esquivando hábilmente el problema de los derechos humanos con la complicidad de quienes lo han querido ignorar'.

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