FLORA Y FAUNA URBANAS

Jaime Ortí, vicepresidente del Valencia CF, nunca ha disimulado su aspiración, a todas luces legítima, de convertirse en primus inter pares del club. Tiene cualidades, tiempo disponible y, probablemente, los apoyos necesarios cuando llegue el día del relevo. Lo que no ha de tener es prisa y abstenerse de propalar infundios para moverle la poltrona a Pedro Cortés, que ya tiene bastantes servidumbres con sus propias dudas y ambigüedades. Paciencia, pues, y a esperar acontecimientos, que pueden ser sonados.

- Josep Gregori, escritor y director de la editorial Bromera, nos convoca e...

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Jaime Ortí, vicepresidente del Valencia CF, nunca ha disimulado su aspiración, a todas luces legítima, de convertirse en primus inter pares del club. Tiene cualidades, tiempo disponible y, probablemente, los apoyos necesarios cuando llegue el día del relevo. Lo que no ha de tener es prisa y abstenerse de propalar infundios para moverle la poltrona a Pedro Cortés, que ya tiene bastantes servidumbres con sus propias dudas y ambigüedades. Paciencia, pues, y a esperar acontecimientos, que pueden ser sonados.

- Josep Gregori, escritor y director de la editorial Bromera, nos convoca el próximo martes en la Biblioteca Valenciana (Monasterio de Sant Miquel dels Reis) para celebrar un homenaje a cuantos han contribuido a la consolidación de esta empresa, que cumple su décimoquinto aniversario. Un tributo merecido, pero especialmente para quienes la parieron, gestionan y prestigian.

Antoni Ferrando, director del Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana, ha sido un agente especialmente activo en la constitución de la Acadèmia de la Llengua. Lo que también parece es que no ha jugado limpio con sus colegas ni con los pactos acordados. Su interés personal le ha obnubilado. Ya es académico, pero es una académico desplumado.

- Luis Díaz Alperi, alcalde de Alicante, no ha inventado el sistema de retribución de los concejales, y de él mismo, pero tampoco lo ha clarificado. Se tiene la impresión de que cobran por la mera condición de edil y, además, por trabajar asistiendo a las reuniones de patronatos y empresas participadas. Una buena pasta gansa que en su caso roza lo abusivo y que pudiera suscitar nuevas vocaciones -y ambiciones- políticas, pero que asimismo desacredita la dedicación pública.

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