Desmantelada una red que compraba pasaportes a carteristas para falsificarlos

La banda vendía los documentos a inmigrantes

Muchos toxicómanos y carteristas que cometen atracos o robos le sacan un doble partido a cada golpe. Por un lado se llevan el dinero en efectivo y, por otro, venden a bandas dedicadas a la inmigración ilegal los pasaportes o carnés de identidad que encuentran en bolsos o en carteras. La Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsificación de la Brigada de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía ha desmantelado una de estas bandas que compraba pasaportes españoles para falsificarlos y vendérselos a extranjeros.

La red estaba formada por cuatro ciudadanos colombianos que tenían dos p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Muchos toxicómanos y carteristas que cometen atracos o robos le sacan un doble partido a cada golpe. Por un lado se llevan el dinero en efectivo y, por otro, venden a bandas dedicadas a la inmigración ilegal los pasaportes o carnés de identidad que encuentran en bolsos o en carteras. La Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsificación de la Brigada de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía ha desmantelado una de estas bandas que compraba pasaportes españoles para falsificarlos y vendérselos a extranjeros.

La red estaba formada por cuatro ciudadanos colombianos que tenían dos pisos -uno en Madrid y otro en Leganés- y los empleaban a modo de oficina. Allí recibían a toxicómanos y delincuentes comunes para comprarles los pasaportes y los carnés. Pagaban entre 30.000 y 50.000 pesetas por cada pasaporte y algo menos por los carnés de identidad. Si se lo compraban a un toxicómano con el síndrome de abstinencia, le pagaban menos dinero.

La banda había convertido los pisos en talleres de falsificación con prensas y demás útiles. La policía encontró, además, pasaportes ya falsificados -con fotografías de inmigrantes bajo identidad española-, permisos de conducir, carnés de identidad, actas notariales de invitación a España y las cartillas bancarias donde los inmigrantes debían ingresar el dinero. La red cobraba 1.000 dólares (unas 200.000 pesetas) por cada pasaporte falsificado. Si la banda vendía al inmigrante un paquete de viaje con el billete de avión al país de destino, le cobraba 700 dólares más (unas 140.000 pesetas).

Para hacer las transacciones de los documentos falsos, los detenidos quedaban con sus clientes en locutorios telefónicos, parques y bares, frecuentados todos por inmigrantes para pasar inadvertidos.

Aduanas

La policía comenzó a sospechar cuando descubrió en las aduanas de los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Sevilla, Alicante y Las Palmas que muchos inmigrantes -sobre todo colombianos- salían de España con pasaporte español falso. La banda decía a los inmigrantes lo que tenían que contestar en las aduanas para salir del país y les recomendaban que buscaran un aeropuerto distinto al de Barajas para emprender el vuelo, porque en el aeródromo madrileño hay más control policial.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En