Ferrero sigue sin fisuras

No parece tener límites. Cuando cree que no juega bien, sus rivales no saben cómo quitarse la presión de encima y acaban rindiéndose a su superioridad. Juan Carlos Ferrero se metió ayer en los cuartos de final del torneo de Roland Garros superando al sueco Thomas Enqvist (14º cabeza de serie) por 6-2, 6-4 y 6-2 en 99 minutos. El público de la pista central -era la primera vez que el español la pisaba este año- se levantó en diversas ocasiones y coreó algunas de sus finalizaciones. Con todo, a Ferrero le pareció que el partido no fue muy bueno y que no estuvo brillante.

'No sé. Eso es ...

No parece tener límites. Cuando cree que no juega bien, sus rivales no saben cómo quitarse la presión de encima y acaban rindiéndose a su superioridad. Juan Carlos Ferrero se metió ayer en los cuartos de final del torneo de Roland Garros superando al sueco Thomas Enqvist (14º cabeza de serie) por 6-2, 6-4 y 6-2 en 99 minutos. El público de la pista central -era la primera vez que el español la pisaba este año- se levantó en diversas ocasiones y coreó algunas de sus finalizaciones. Con todo, a Ferrero le pareció que el partido no fue muy bueno y que no estuvo brillante.

'No sé. Eso es lo que digo yo y lo que me ha dicho mil entrenador ', confesó; 'la verdad es que he jugado muy sólido, pero no creo que haya estado brillante. El juego de Enqvist me resultó muy incómodo y el día, nublado, no invitaba a un gran partido. Él ha cometido muchos errores y eso me ha facilitado las cosas. Ni siquiera he sacado al ciento por ciento'.

El mayor valor de su victoria, entonces, hay que darlo al hecho de que, aun sin rendir a fondo, es capaz de resolver en tres mangas. Según él, eso fue lo que hizo frente a un jugador que se planteaba como el primer termómetro serio para calibrar su nivel. El resultado fue excelente. Contrariamente a lo que pueda pensarse por el resultado, Enqvist no es un don Nadie. Es de la escuela sueca. Por tanto, muy sólido en el fondo. Se mueve como un lince en superficies rápidas, su saque es excelente y fue subcampeón del Open de Australia de 1999 y ha ganado 18 títulos.

No era sencillo para Ferrero. Y el español confiesa que se intimidó un poco al verle servir. 'Al principio, me costó adaptarme', contó, 'pero luego me sentí muy a gusto'. Sin embargo, el nivel del resto de Ferrero no permite descuidos en el saque. Y Enqvist está aún recuperando la solidez tras sufrir dos operaciones en el hombro derecho y el pie derecho en diciembre. La consecuencia fue que Ferrero le rompió dos veces el saque y se anotó sin más dilaciones la primera manga.

A partir de ahí el partido tuvo ya poca historia. Ferrero prosiguió su marcha triunfal y se mantiene con sólo una manga perdida. '¿Quién es el favorito?', se preguntó ayer; 'yo me doy a mí, vaya'. Pero de inmediato matizó que es difícil hablar de estos temas, puesto que hay muchos jugadores que están realizando un gran tenis: 'Corretja juega bien, Agassi..., no hay ninguno especial'.

La televisión francesa comenzó ayer a preguntar a Ferrero por su hipotético enfrentamiento con Kuerten en las semifinales. El español no quiere pensar todavía en ello. Le queda Guillermo Cañas o Lleyton Hewitt: 'Hablar de la semifinal es menospreciar a muchos jugadores. Y mi próximo rival será muy difícil. Me quedan tres victorias para ganar. Hay que jugar todos los partidos, pero tengo confianza y ganas'. Ahora lleva 26 victorias en tierra batida y sólo dos derrotas esta temporada.

Kuerten, el único jugador que le supera en victorias en tierra (28), tuvo que salvar una bola de partido antes de ganar al estadounidense Michael Russell. Al brasileño se le vio dubitativo o ansioso. No se sintió cómodo con su juego hasta que Russell le dominaba por 6-3, 6-4, 5-3 y ventaja. Aquel punto podía dar el partido a su rival, pero éste, que no había ganado ninguno del Grand Slam cuando llegó a París, se arrugó, no supo rematar y ya no tuvo más bazas. Kuerten ganó el desempate y las otras dos mangas. Y sigue siendo el candidato de los apostadores.