Pujol tilda a los socialistas de 'monaguillos' del PP en Euskadi

Pasqual Maragall, líder de la oposición socialista al Gobierno de CiU, planteó ayer a Jordi Pujol en el Parlament que el resultado de las elecciones vascas debería moverle a cambiar su alianza con el PP, o por lo menos, a sustituir su dócil asunción de las exigencias del PP por una actitud más firme ante 'el nacionalismo español gobernante en Madrid'. Pero salió trasquilado del envite, porque Pujol, que no quiere romper su alianza con Aznar, dijo que una cosa es el País Vasco y otra Cataluña, y aprovechó la ocasión para situar a los socialistas catalanes en el carro del nacionalismo español, a...

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Pasqual Maragall, líder de la oposición socialista al Gobierno de CiU, planteó ayer a Jordi Pujol en el Parlament que el resultado de las elecciones vascas debería moverle a cambiar su alianza con el PP, o por lo menos, a sustituir su dócil asunción de las exigencias del PP por una actitud más firme ante 'el nacionalismo español gobernante en Madrid'. Pero salió trasquilado del envite, porque Pujol, que no quiere romper su alianza con Aznar, dijo que una cosa es el País Vasco y otra Cataluña, y aprovechó la ocasión para situar a los socialistas catalanes en el carro del nacionalismo español, a cuenta de su apoyo a la alianza de hecho formada por el PP y el PSOE en Euskadi.

Pujol recriminó a Maragall: ' el PP y el PSOE han ido del brazo, ustedes como monaguillos'. Aunque, precisó, 'hay cosas que el párroco no puede hacer sin monaguillo y, en realidad, estaban en una situación de tanto monta, monta tanto'.

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Los diputados de CiU salieron contentos al ver cómo le había ido a Pujol el debate. Los socialistas estaban más bien mustios e incluso, en algún caso, dolidos. A Maragall no se le había ocurrido otra cosa que iniciarlo preguntando a Pujol cómo evaluaba que 'el nacionalismo español no haya triunfado en su intento de conseguir una derrota del nacionalismo vasco'.

A Jordi Pujol se le notó cómodo ayer en su respuesta a Pasqual Maragall. 'No sé si el nacionalismo español ha sido derrotado o no', dijo, 'pero sí lo han sido el PP y el PSOE'. Que les calificara de 'monaguillos' no significaba que les atribuyera un papel menor en el envite electoral. Porque en la práctica, argumentó, sin su participación no habría podido llevarse a cabo la ofensiva del nacionalismo español a la que Maragall había aludido.

Maragall replicó afirmando que en las elecciones vascas el socialismo catalán 'ha estado del lado de las víctimas', cosa que Pujol aceptó y aseguró que siempre ha compartido. Maragall recordó que la última víctima ha sido 'el compañero socialista Gorka Landaburu', el periodista a quien ETA voló parte de una mano el lunes. Y sostuvo que, en cambio, el nacionalismo catalán, con su alianza con el PP en el Parlament, ya no está en condiciones de llevar a cabo 'una defensa efectiva de los intereses de Cataluña', sino de los de la coalición CiU. Citó, a título de ejemplo, la aceptación de las 'excusas tardías e insuficientes' de la ministra de Cultura a propósito de la negación de la prohibición del catalán.

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Esta cuestión había sido planteada en el mismo turno de preguntas a Pujol por el secretario general de ERC, Josep Lluís Carod, que la consideró una muestra evidente de la 'involución política' contra la diversidad dirigida por el PP. Ante Carod, Pujol sostuvo que, al fin y al cabo, el desenlace de esta polémica ha tenido la virtud de 'poner las cosas en su sitio'. Pero Carod no es como Maragall y no le perdonó a Pujol las suaves maneras con que el presidente ha abordado este asunto, sin duda como consecuencia de la necesidad de no enfrentarse ni con el PP ni con el Rey. 'No se puede ser San Jorge e ir de copas con el dragón', le espetó.