Familias diversas
Según la Constitución Española, 'el hombre y la mujer tienen derecho al matrimonio con plena igualdad jurídica'. Asimismo precisa que 'los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia'. Sobre la base de estos fundamentos legales, muchas familias todavía seguimos reclamando que se nos reconozca una igualdad plena de derechos de los que no gozamos en la actualidad por el simple hecho de que nuestra unidad familiar está compuesta por dos personas del mismo sexo.
Ahora, por primera vez, la Junta de Andalucía se muestra abierta a un diálogo social para p...
Según la Constitución Española, 'el hombre y la mujer tienen derecho al matrimonio con plena igualdad jurídica'. Asimismo precisa que 'los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia'. Sobre la base de estos fundamentos legales, muchas familias todavía seguimos reclamando que se nos reconozca una igualdad plena de derechos de los que no gozamos en la actualidad por el simple hecho de que nuestra unidad familiar está compuesta por dos personas del mismo sexo.
Ahora, por primera vez, la Junta de Andalucía se muestra abierta a un diálogo social para permitir que en nuestra comunidad existan registros donde se haga evidente lo que es ya una realidad incipiente: las familias que integramos lesbianas y gays, pero, sin embargo, nos encontramos con la paradoja de que no se atreve a ponerle el cascabel al gato incluyendo el derecho que tiene cualquier persona -también las y los homosexuales- a adoptar niños quizá por miedo a una respuesta electoral adversa, a la reacción de la iglesia.
La demagogia en los medios de comunicación ya está servida y aunque hay pocos detractores que se atrevan a manifestarse sin tapujos, tristemente todavía hoy los falsos prejuicios de 'perversión' y 'mal ejemplo' siguen rondando en la cabeza de algunas mentes calenturientas para calificarnos como no aptos para querer, educar y cuidar a un niño.
Estamos hablando por encima de cualquier cosa de igualdad de derechos y oportunidades, de la no discriminación y de la protección de la familia, así pues, creo que deberíamos actuar justa, valiente y coherentemente y legalizar el derecho fundamental del que quieren privar sobre todo a esos menores: el de sentirse queridos y protegidos por una familia, independientemente del sexo que tengan sus padres.