ERNEST ODOJÍE EVITÓ LA EXPULSIÓN POR ENFERMEDAD

'Llegaron de noche, leyeron los nombres y nos echamos a llorar'

Ernest Odojíe, de 22 años, es el único de los 38 nigerianos del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta que se salvó de la repatriación organizada en la madrugada de ayer por el Ministerio del Interior. El día 3 fue trasladado junto a sus compañeros al centro de internamiento de Capuchinos, en Málaga. A las 21.00 de ayer, cuando la policía irrumpió en las instalaciones, sufrió una taquicardia que alarmó a los agentes y le libró de la deportación. Éste es su testimonio:

'La policía llegó sobre las nueve de la noche. Entonces la gente del campo nos reunió a todos en una...

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Ernest Odojíe, de 22 años, es el único de los 38 nigerianos del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta que se salvó de la repatriación organizada en la madrugada de ayer por el Ministerio del Interior. El día 3 fue trasladado junto a sus compañeros al centro de internamiento de Capuchinos, en Málaga. A las 21.00 de ayer, cuando la policía irrumpió en las instalaciones, sufrió una taquicardia que alarmó a los agentes y le libró de la deportación. Éste es su testimonio:

'La policía llegó sobre las nueve de la noche. Entonces la gente del campo nos reunió a todos en una habitación. Algunos compañeros lloraban, pero en general estábamos serenos porque sabíamos a qué venían. Fueron leyendo nuestros nombres de una lista, y según nos llamaban íbamos saliendo de la estancia. Nadie opuso resistencia. Salimos de uno en uno, tal y como nos mandaban.'

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'Cuando dijeron mi nombre me puse muy nervioso. Me dolía el pecho y me costaba respirar. Me dio una taquicardia, y eso me salvó. Los agentes y la gente del campo que estaba allí me tumbaron en el suelo y me dijeron que me tranquilizase, pero yo estaba asustado. No llegué a salir de la habitación. Luego la policía desapareció y mis compañeros también. Me llevaron a una habitación y me acostaron en una cama.'

'Llegó el doctor y me recetó algunas medicinas. Más tarde, el director del campamento vino a verme y me dijo que no me preocupase, que me iban a dar los papeles. Fui muy feliz porque ya no tendría que volver a Nigeria, aunque lo sentí por mis compañeros. Por la mañana, el director volvió y me trajo los papeles de mi libertad para que los firmara. Me dio 1.000 pesetas. Entonces me dijo que era libre y me preguntó a dónde quería ir. Le respondí que a Priego de Córdoba, con el padre Montilla. Me había hablado de él el padre Béjar, párroco de la iglesia Nuestra Señora de África, en Ceuta, donde ejercí de monaguillo. El director me compró un billete de tren y ahora ya estoy en Córdoba con el padre. Después de todo lo que he pasado quiero empezar a estudiar para ser sacerdote.'

'Yo llegué a España el veintitantos de octubre del año pasado. Me fui de mi casa porque mi familia es muy pobre. Tengo muchos hermanos, pero me vine solo. Tenía 21 años y estaba muy asustado. Entré en Ceuta nadando desde territorio marroquí. La policía me arrestó en cuanto llegué y me llevó al CETI. Allí he pasado 7 meses. El CETI estaba bien y todos creíamos que nos darían papeles en cuanto aprendiésemos español. Por eso nos aplicábamos en las clases de español, aunque yo aún no lo hablo, y de ordenador'.

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