Cartas al director

Estrecheces

Domingo 29 de abril, 23.00 horas, partimos de Cuba. A dos horas y media de la salida de La Habana con destino a Madrid se confirman nuestros temores: el viaje en la clase turista de Iberia se ha transformado en una lucha contra el centímetro. Tu compañero de viaje se ha convertido en tu oponente por el espacio del reposabrazos y por el ángulo de apertura de las piernas. Tiras el catálogo Ronda Iberia al suelo para ganar espacio, ya que el grueso de su lomo impide que quepan las piernas. Paulatinamente el viaje cambia de destino, se convierte en un viaje al dolor de huesos, un via...

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Domingo 29 de abril, 23.00 horas, partimos de Cuba. A dos horas y media de la salida de La Habana con destino a Madrid se confirman nuestros temores: el viaje en la clase turista de Iberia se ha transformado en una lucha contra el centímetro. Tu compañero de viaje se ha convertido en tu oponente por el espacio del reposabrazos y por el ángulo de apertura de las piernas. Tiras el catálogo Ronda Iberia al suelo para ganar espacio, ya que el grueso de su lomo impide que quepan las piernas. Paulatinamente el viaje cambia de destino, se convierte en un viaje al dolor de huesos, un viaje al entumecimiento de las piernas. Constatas que la clase turista de Iberia tiene la virtud de hacer aflorar el mejor instinto de supervivencia del ser humano y su capacidad de adaptación al medio.

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