Columna

A Milán

'Vaya plan, vaya plan, nos vamos a Milán'. Miles de voces de aficionados eufóricos gritaban esta consigna el pasado martes por la noche mientras el Valencia bailaba al Leeds United y le marcaba tres goles en Mestalla. Pero esa orquesta de entusiasmo cuenta desde hace un par de temporadas con dos directores de orquesta que responden a los nombres de Héctor Cúper y Gaizka Mendieta. El entrenador argentino -antes injustamente denostado y ahora aclamado de forma oportunista al igual que ocurría en el circo romano- ha predicado una doctrina de trabajo colectivo, de ausencia de vedetismo, de ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

'Vaya plan, vaya plan, nos vamos a Milán'. Miles de voces de aficionados eufóricos gritaban esta consigna el pasado martes por la noche mientras el Valencia bailaba al Leeds United y le marcaba tres goles en Mestalla. Pero esa orquesta de entusiasmo cuenta desde hace un par de temporadas con dos directores de orquesta que responden a los nombres de Héctor Cúper y Gaizka Mendieta. El entrenador argentino -antes injustamente denostado y ahora aclamado de forma oportunista al igual que ocurría en el circo romano- ha predicado una doctrina de trabajo colectivo, de ausencia de vedetismo, de fortaleza mental y de cultura del esfuerzo que ha logrado llevar al Valencia, dos años consecutivos, a la final de la Liga de Campeones. Capitán idolatrado, producto de la cantera, discreto y culto, Mendieta ha optado por permanecer en Valencia y por encabezar un equipo que ya ha pasado a la historia. Moviendo los hilos del club, Pedro Cortés ha dejado atrás la fanfarronería, el individualismo y las ganas de figurar de sus predecesores para dedicarse a un tarea seria y a largo plazo. Y a pesar de ser injustos y volubles, los aficionados han recorrido una larga travesía por el desierto, incluso cuando el equipo descendió a Segunda División a mediados de los años ochenta.

Es el momento de disfrutar de una alegría que -al margen del resultado siempre azaroso de una final contra el Bayern- ha inundado toda una ciudad y ha demostrado las simpatías que el Valencia despierta en un país hastiado por el bipartidismo que representan el Real Madrid y el Barça. Con un admirable espíritu de grupo, jugadores como Cañizares, Angloma, Ayala, Pellegrino, Carboni, Mendieta, Albelda, Aimar, Kily González, Angulo, Vicente, Carew o Juan Sánchez han conseguido que los aficionados olvidemos las nostalgias de la delantera eléctrica de los años cuarenta, la añoranza del campeón de Liga de principios de los setenta o el recuerdo del mismísimo Valencia de Kempes. Vivamos el presente. 'Vaya plan, vaya plan, nos vamos a Milán'.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En