Réplica a Abellán

El señor José Luis Abellán pretende presentarse a la presidencia del Ateneo en las próximas elecciones del 29 de mayo, propósito que oculta en la carta publicada recientemente en esta sección. Y que, por lo tanto, muy lejos de representar una crítica personalmente desinteresada, constituye un encubierto inicio de campaña. Pero debe de ver muy insegura su elección, cuando recurre a procedimientos tan espurios como difundir calumnias y falsedades en los medios de comunicación. En efecto, como actual presidente del Ateneo:

Primero. Nunca he adoptado una actitud 'victimista'. Más bie...

El señor José Luis Abellán pretende presentarse a la presidencia del Ateneo en las próximas elecciones del 29 de mayo, propósito que oculta en la carta publicada recientemente en esta sección. Y que, por lo tanto, muy lejos de representar una crítica personalmente desinteresada, constituye un encubierto inicio de campaña. Pero debe de ver muy insegura su elección, cuando recurre a procedimientos tan espurios como difundir calumnias y falsedades en los medios de comunicación. En efecto, como actual presidente del Ateneo:

Primero. Nunca he adoptado una actitud 'victimista'. Más bien, de utilizar estos términos, sería triunfalista, ya que a lo largo de mi presidencia he saneado la economía del Ateneo y he conseguido ampliar sus subvenciones. Lo único que expuse, como apremio, ante la Asamblea de Madrid es la urgencia de que se iniciaran las obras del Salón de Actos.

Segundo. Los 105 millones de pesetas que nos concede la Consejería de Cultura se dedican según su correcto destino a los gastos de funcionamiento y personal. No se destinan a financiar actividades 'ideológicas'. Tampoco a acometer las obras de reparación importantes que son objeto de otro presupuesto de la Consejería de Patrimonio. En su carta, el señor Abellán parece dispuesto a disponer, si fuere presidente, irregulares transferencias de fondos. Por mi parte no actúo con esta deshonestidad. Y todas nuestras cuentas han sido expuestas y aprobadas en las Juntas Generales de Socios, a las cuales no asiste nunca el señor Abellán.

Tercero. Basta ojear nuestro Boletín de Actividades para comprobar la riqueza y diversidad de ideologías o el carácter meramente cultural a que responden los numerosos actos. Sólo algunos socios que, al parecer, han tomado al señor Abellán como caudillo, critican nuestra apertura a las diversas iniciativas de la sociedad. Pero nunca han sido criticadas ni represaliadas por el Ministerio de Cultura ni por el Ayuntamiento, como inventa el señor Abellán .

Espero del señor Abellán que ante estas precisas informaciones rectifique y pida perdón públicamente.