El humor de 'Los monólogos de la vagina' llega al Ayala

Las actrices Maite Merino y Magdalena Broto, dirigidas por Antonia García, interpretan sobre el escenario las 12 historias de mujeres hablando de sexo, con una gran dosis de humor y crítica, que se cuentan en la versión española de Los monólogos de la vagina, de Eve Ensler. La obra se representa desde hoy (20.30) en el Teatro Ayala, de Bilbao.

Los monólogos de la vagina ha cosechado grandes éxitos en los teatros londinenses y neoyorquinos desde su estreno en 1997, con la intervención de actrices como Susan Sarandon, Melanie Griffith, Kate Winslet, Wynona Ryder, Calista Flo...

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Las actrices Maite Merino y Magdalena Broto, dirigidas por Antonia García, interpretan sobre el escenario las 12 historias de mujeres hablando de sexo, con una gran dosis de humor y crítica, que se cuentan en la versión española de Los monólogos de la vagina, de Eve Ensler. La obra se representa desde hoy (20.30) en el Teatro Ayala, de Bilbao.

Los monólogos de la vagina ha cosechado grandes éxitos en los teatros londinenses y neoyorquinos desde su estreno en 1997, con la intervención de actrices como Susan Sarandon, Melanie Griffith, Kate Winslet, Wynona Ryder, Calista Flockart o la cantante Alanis Morrisette.

Su autora recopiló información antes de escribir el texto entrevistando a decenas de mujeres de diferentes edades y orígenes sociales. En sus conversaciones abarcó desde adolescentes a abuelas y desde ejecutivas norteamericanas a prostitutas. Incluso contactó con mujeres bosnias que habían sido víctimas de violaciones durante la guerra.

Ensler recopiló en su texto esos testimonios, sorprendida de que las entrevistadas, reacias a hablar sobre su intimidad en un principio, superaban pronto su timidez. Los relatos -'vigorosos y profundamente humanos', señalan los promotores del espectáculo- se presentan como 'un viaje hilarante' en el que el humor y la acidez crítica son los instrumentos que ayudan a superar el tabú de expresarse sin tapujos sobre la relación de las mujeres con su cuerpo. Durante cerca de una hora y media, las dos actrices que protagonizan el montaje saltan de un personaje a otro, con mínimos cambios de vestuario que les permiten transformarse en otra mujer.

La autora plantea al público la entrada a un mundo que no se atreven a conocer, tanto hombres como mujeres, porque entiende que el sexo femenino sigue siendo 'una zona prohibida en el corazón de la mujer'.

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