Miedos del caballero errante

De Berlusconi se sabían muchas cosas (...). No pocos ciudadanos estaban al corriente de los lados oscuros de su carrera, pero habían decidido cerrar los ojos e identificarse con él. (...) Pero ahora resulta que el Cavaliere no tiene sólo lados oscuros, sino también miedos. Berlusconi ha confesado que se siente amenazado, víctima de un 'clima de odio' alimentado por el centro-izquierda. (...) Los motivos de preocupación no faltan. En vísperas de las elecciones, y tras dos atentados en Roma, la tensión es alta, y puede desembocar en terrorismo. (...) Pero una cosa es constatar el peligro ...

De Berlusconi se sabían muchas cosas (...). No pocos ciudadanos estaban al corriente de los lados oscuros de su carrera, pero habían decidido cerrar los ojos e identificarse con él. (...) Pero ahora resulta que el Cavaliere no tiene sólo lados oscuros, sino también miedos. Berlusconi ha confesado que se siente amenazado, víctima de un 'clima de odio' alimentado por el centro-izquierda. (...) Los motivos de preocupación no faltan. En vísperas de las elecciones, y tras dos atentados en Roma, la tensión es alta, y puede desembocar en terrorismo. (...) Pero una cosa es constatar el peligro y otra confesar miedos personales. (...) No sorprende el candor con el que Berlusconi expresa una tal debilidad de ánimo. (...) Una debilidad de la que su ideología está impregnada. (...) La política no es para Berlusconi una vocación noble, diferente a otras actividades. (...) El candidato del centro-derecha es un empresario que se ha prestado a la cosa pública, y que mantiene una relación atormentada con las malas noticias. Se ha visto esto cuando en un programa de televisión (...) se ha irritado ante los sondeos desfavorables para él. (...) Una vez más se ha mostrado vencido por el miedo y sin la sabiduría del político clásico. (...) El político (...) sabe distanciarse de los sondeos, porque su tarea no es hacer hoy lo que dice el consenso de ayer, sino entender y preparar hoy lo que será el consenso de mañana. Los italianos han perdonado muchas faltas a Berlusconi. ¿Estarán dispuestos también a perdonarle sus posibles miedos?

Barbara Spinelli

Turín, 22 de abril