Antonio Florio señala que la ópera bufa es un género revolucionario

El músico italiano estrena 'La colomba ferita'

La colomba ferita es una pieza sorprendente de Provenzale, que sirve para probar lo que según este italiano de 45 años, alto y risueño, es un hecho: 'La ópera bufa es el género más revolucionario de todos'. Lo dice con el conocimiento de causa de quien se pasa las horas quitando polvo a las partituras no descubiertas en el Centro de Música Antigua de la Pietá de Turchini, un archivo con el que colabora activamente su grupo de 35 músicos, entre cantantes e instrumentistas. Florio aúna sus facetas de musicólogo, investigador e intérprete en una, aquella que lo convierte en máximo exponent...

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La colomba ferita es una pieza sorprendente de Provenzale, que sirve para probar lo que según este italiano de 45 años, alto y risueño, es un hecho: 'La ópera bufa es el género más revolucionario de todos'. Lo dice con el conocimiento de causa de quien se pasa las horas quitando polvo a las partituras no descubiertas en el Centro de Música Antigua de la Pietá de Turchini, un archivo con el que colabora activamente su grupo de 35 músicos, entre cantantes e instrumentistas. Florio aúna sus facetas de musicólogo, investigador e intérprete en una, aquella que lo convierte en máximo exponente de la corriente auténtica en la ópera bufa.

'La ópera que se hacía en el siglo XVII era una experimentación constante. La mezcolanza de géneros, el atrevimiento con ciertos temas, la forma de confundirlo todo, las arias con los recitativos, los dúos, los tríos... Todo lo que en el siglo posterior, en el siglo XVIII, se codifica, se esquematiza y pasa a ser el comienzo de la ópera seria tiene su germen ahí. Lo injusto es que no se reconozca que esos experimentos son mucho más revolucionarios que los de las óperas serias posteriores', dice Florio, con cierto aspecto de teutón, que se desmorona cuando empieza a hablar, con su acento suave, mediterráneo, de amante de la vida en la calle.

Florio adora poner en solfa y desmontar ciertos mitos que han quedado como incuestionables. Y sorprende con respuestas radicales. Si se le pregunta qué razones existen para que una forma artística como la ópera, que surgió casi al tiempo en Italia y España, se haya desarrollado más en el primer país suelta: 'Suerte que tuvieron ustedes. Así la ópera seria y de repertorio no les absorbe el 95% del presupuesto para la cultura', cuenta. Y es que se queja Florio de la falta de apoyos a su labor de recuperación de música antigua. 'Lo nuestro es heroico', comenta, 'porque en Italia se acepta mal todo lo que no vaya del bel canto al verismo. También es muy difícil programar a músicos del siglo XX'.

De La colomba ferita, la ópera de Provenzale que su grupo escenifica en Madrid desde mañana al próximo domingo y en Bilbao la semana que viene, Florio destaca su descaro y sus influencias. 'Mozart estudió bien a estos compositores, a Provenzale, a Leonardo Vinci, e influyeron en su obra'. Más incluso que Pergolesi, ese héroe nacional italiano muerto con 26 años y elevado a los altares injustamente, según Florio: 'Era un gran compositor, pero los napolitanos no tenían nada que envidiarle. Lo que ocurre es que, como eran muchos, es más fácil elegir a uno que estudiar a todo un movimiento, ésa es la irresponsabilidad de ciertos musicólogos', ataca.

Más escandalosa ahora

Con respecto al descaro, La colomba ferita no se anda con medias tintas. Es muy terrenal, tanto que en ella aparece una virgen celosa de una santa. 'Era mucho menos escandalosa en su época que ahora. Entonces Caravaggio, Murillo, Rivera en pintura y Bernini en escultura creaban cuerpos carnosos, sensuales y los músicos también iban por ahí. Hablaban del éxtasis religioso como algo muy terrenal, muy palpable'. ¿Como un orgasmo? Florio se queda mudo y sonríe, pero asiente: 'Eso es un poco fuerte, si lo digo, vamos a dar un disgusto al Vaticano', se ríe. 'Pero, bueno, también es verdad que las monjas, para demostrar su amor a Cristo, se casan con él, ¿no?'.

Su método de trabajo es minucioso. 'Primero descubrimos las partituras y las estudiamos entre los musicólogos y yo. Una experta en literatura se ocupa del texto, después se ensaya e implicamos a cantantes que han trabajado con nosotros, de forma que creamos un vínculo, un entendimiento mutuo muy fuerte. No contratamos a figuras que llegan dos días antes al teatro, ensayan, cantan, cobran y se van'.

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