Tribuna:

Pacto sí, ¿pero con quién?

Atentos a la máxima gatopardiana: 'Es preciso que todo cambie para que todo siga igual'. Esta es la impresión que me ha provocado el artículo publicado el lunes 5 de marzo, en este mismo diario, por Teófila Martínez, presidenta del PP andaluz.

No sé si ustedes se habrán dado cuenta de que, cuando las personas de cierta edad y de mentalidad conservadora, hablan sobre la juventud, suelen hacerlo no ya de forma paternalista (lo cual es disculpable y hasta enternecedor), sino haciéndonos a los jóvenes portadores de sus propias preocupaciones y protagonistas de una realidad inventada. Nos in...

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Atentos a la máxima gatopardiana: 'Es preciso que todo cambie para que todo siga igual'. Esta es la impresión que me ha provocado el artículo publicado el lunes 5 de marzo, en este mismo diario, por Teófila Martínez, presidenta del PP andaluz.

No sé si ustedes se habrán dado cuenta de que, cuando las personas de cierta edad y de mentalidad conservadora, hablan sobre la juventud, suelen hacerlo no ya de forma paternalista (lo cual es disculpable y hasta enternecedor), sino haciéndonos a los jóvenes portadores de sus propias preocupaciones y protagonistas de una realidad inventada. Nos instalan en el futuro, tiempo del que nos hacen protagonistas, y se quedan ellos con el presente para gobernarlo a su antojo. ¿Y el pasado? El pasado, ya lo verían ustedes en el artículo de Teófila, no toca. ¡Qué curioso, y significativo, es que la derecha venga repitiendo machaconamente que a los jóvenes actuales no se nos enseña historia de España y que, sin embargo, cuando se trata de la historia del siglo pasado, y más concretamente de la guerra civil o de la dictadura, trate siempre de ponernos una venda y decirnos que de esa época 'de hierro y esperanza' lo mejor es ignorarlo todo. Miren hacia delante. Tal es el mensaje de Teófila. Y, al leerlo, uno se queda un tanto escamado y se pregunta: ¿No será que, al quitarnos esas raíces, y al esconder el presente insolidario que ha venido creando el gobierno de su partido, la señora Martínez pretende recluirnos en el debate de lo que no existe? ¿No es ésta la mejor manera de robar el protagonismo a la juventud?

Luego está lo del pacto por la juventud. La propuesta me sume en la perplejidad. ¿Se trata de la misma persona que, en el control parlamentario, escoge los argumentos más truculentos y las frases más desabridas contra el presidente de la Junta de Andalucía; la misma, que es capaz de acusar a Chaves de ser responsable de que llueva o no llueva, de que haga sol o caigan heladas, de que haya accidentes de tráfico o, ya puesta, del crimen de Los Galindos? Pues eso parece, si nos atenemos a la firma que lleva el artículo. O puede también que estemos ante un caso manifiesto de desdoblamiento de personalidad. Y así habría una Teófila (Mrs. Hyde), que sería la de las sesiones parlamentarias: nada de pactos, nada de acuerdos, leña al mono que es de trapo; y otra Teófila (Dra. Jeckyll), la del pacto por la juventud.

Me temo que estemos ante una burda maniobra de simulación. O, dicho de otra forma: ante un intento de plagiar el cambio tranquilo, la oposición útil de Rodríguez Zapatero. Pero, claro, hay una diferencia fundamental: el secretario general de los socialistas es de una coherencia impecable (ley de extranjería, plan hidrológico, reforma de la justicia, pacto antiterrorista), mientras que de Teófila lo único que conocemos son sus insultos a quien ejerce, por designación de los andaluces, la presidencia de la Comunidad Autónoma, más grande y más joven de España. Y ahora el pacto por la juventud que, si se esfuerzan en leerlo, verán que es una propuesta que merecería la exclamación hamletiana: Palabras, palabras, palabras.

A mí personalmente me encantaría llegar a acuerdos con dirigentes jóvenes del PP para trabajar en común por construir una Andalucía y una España más abierta y más tolerante. Pero la realidad cotidiana, no ya las palabras (que tampoco), sino los hechos protagonizados por la cúpula dirigente del PP me impiden creer en esa posibilidad. No nos pueden decir en Andalucía que quieren un pacto cuando en España el PP aprueba en consejo de ministros un Plan de Acción para la Juventud que no tiene ya el consenso de la oposición, sino que siquiera fue sometido a la consideración de los grupos de la oposición, un Plan que va dirigido a la juventud y no le preguntan ni al Consejo de la Juventud de España ni a las asociaciones juveniles lo que piensa. Una práctica esta que no es una excepción sino que forma parte del comportamiento del PP desde que tiene mayoría absoluta: suprime la voz de los inmigrantes, no escucha a los sindicatos, y a los jóvenes que no somos de derecha, que nos vayan dando.

Pero es que, además, ese mismo PP que gusta denunciar que los socialistas decimos cosas diferentes en distintos sitios, cae en la misma contradicción que denuncia al criticar el Decreto Joven Andaluz y proponen una ley, mientras que, a nivel nacional, eluden la vía legislativa y proponen un Plan (o mejor, 'su' Plan).

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Pacto sí. Pero no sólo de cara a la galería. Pacto por la juventud y no hablo sólo de empleo y de la sociedad del conocimiento, sino además, y tal vez sobre todo, de inmigración, de vivienda, de agua ( que por cierto, pocas innovaciones tecnológicas tiene el Plan Hidrológico Nacional del gobierno), de promoción y protección de la salud (desde los hábitos saludables a la interrupción del embarazo; desde la lucha contra el narcotráfico a la prevención del SIDA), de movida, etc...

Andalucía ha pasado en los últimos veinte años de no tener apenas Universidades a tener diez, de ser una región de emigración a ser receptora de inmigrantes, una comunidad sin industria a ser una región industrializada y comercializadora de sus productos, ¿autocomplacencia? No, ¿satisfacción? Sí. ¿Está todo hecho? En absoluto, queda muchísimo camino por recorrer, y los jóvenes socialistas estamos en ello, en ello con nuestro presidente Manuel Chaves trabajando codo con codo, y por eso le pedimos más recursos para la juventud, más dinero para políticas que favorezcan a los jóvenes. En eso estamos y no pararemos en nuestras reivindicaciones. Queremos cambiar las cosas, para que todo vaya a mejor, no para que los que están bien vayan mejor y los que van regular o mal, vayan peor.

Rafael Velasco Sierra es Secretario General de Juventudes Socialistas de Andalucía y Diputado nacional por Córdoba.

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