Reportaje:

Debut futbolístico del niño que no podía jugar por carecer de papeles

El pequeño se estrena... y su padre va al paro

'Sabía que él estaba feliz y era lo único que me importaba; ya le veré jugar los próximos sábados'. Así hablaba Juan Araya, que ayer no pudo estar presente en el esperado debut futbolístico de su hijo Jean, pero sus sentimientos no se despegaron de él. Y es que, después de tres años de vivir en España y de no poder jugar un solo minuto en la competición de fútbol federado, Jean Araya, un niño chileno de 10 años de la plantilla alevín del Villa Rosa de Hortaleza, disfrutó ayer de casi media hora de juego. Hasta el pasado jueves no tenía tarjeta de residencia y la Federación de Fútbol de Madrid ...

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'Sabía que él estaba feliz y era lo único que me importaba; ya le veré jugar los próximos sábados'. Así hablaba Juan Araya, que ayer no pudo estar presente en el esperado debut futbolístico de su hijo Jean, pero sus sentimientos no se despegaron de él. Y es que, después de tres años de vivir en España y de no poder jugar un solo minuto en la competición de fútbol federado, Jean Araya, un niño chileno de 10 años de la plantilla alevín del Villa Rosa de Hortaleza, disfrutó ayer de casi media hora de juego. Hasta el pasado jueves no tenía tarjeta de residencia y la Federación de Fútbol de Madrid impide tramitar la ficha a la Federación Española sin ese documento. Y sin ficha, un jugador no puede salir al campo para actuar en un partido de competición.

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Ayer, Jean pudo jugar gracias a una autorización provisional, pero su padre no lo pudo ver en el campo ni un minuto, ya que fue a matricularse en una autoescuela para sacarse el carnet de conducir español. El motivo era más urgente que el particular sueño futbolístico de Jean: su empresa le despidió el pasado jueves por utilizar como documento para conducir un camión el carnet internacional.

El accidente de los ecuatorianos en Murcia de hace dos meses, cuando 12 inmigrantes sin papeles perdieron la vida al ser arrollada por un tren la furgoneta en la que viajaban camino de una plantación en Lorca, ha sensibilizado a muchos empresarios, que han cogido miedo a las multas de hasta dos millones de pesetas por trabajador que les puede costar tener en sus empresas a algún sin papeles.

Los problemas empezaron para el padre de Jean con una advertencia, el pasado miércoles, en un control rutinario de la Guardia Civil. Los agentes de tráfico no le impusieron sanción alguna, pero le aconsejaron que tramitara la licencia española de conducción para poder llevar un camión por las carreteras patrias. Este aviso fue definitivo para el despido, según Juan Araya, quien tiene tarjeta de residencia desde el jueves y asegura que su empresa le ha prometido que, en cuanto tenga aprobado el carnet de conducir, le readmitirá.

Pero de esa nueva zozobra burocrática ni se enteró Jean. Su concentración era la máxima ante el partido y esperó pacientemente en el banquillo hasta que su entrenador, Alberto Moríñigo, más conocido por Mori, le dijo que calentase para entrar a jugar. Ya era la segunda parte y dejó pasar otros siete minutos de angustiosa espera, más para parientes y amigos que para el niño, que calentaba con otro compañero en un campo anexo. 'El chico todavía no está en la forma adecuada para disputar un partido completo y no podemos hacer distinciones con sus otros compañeros', comentó Mori.

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El encuentro fue contra el Celtic Castilla y acabó con empate a dos. Además, el último gol fue del Villa Rosa y en el último minuto. Jean no quedó contento con el partido, pero sí con su debut: 'He sentido una gran felicidad por poder jugar, pero se nota que no es lo mismo que un partido de entrenamiento. Además, tampoco lo estábamos haciendo muy bien y me hacía sufrir. Lo único que quería era marcar el gol del empate'.

Jean Araya recibía ayer, antes de entrar a jugar, las últimas instrucciones de su entrenador, Alberto Moríñigo.F. A.