OPINIÓN DEL LECTOR

El mejor atleta

Ése es mi hijo menor; el mejor atleta que conozco. Le gusta saltar, correr, lanzar...No tiene claro si es el Betis o del Recre, si Denilson es un portento o Bodipo es delantero o defensa. Pero sí sabe qué es saltar longitud, y recuerda bien sus marcas, lo mismo que el triple salto o las carreras de velocidad. Todas las tardes va al estadio Colombino de Huelva a entrenar, pero no al fútbol, sino al atletismo. Utiliza para ello, los restos arqueológicos de lo que fue la única pista de atletismo que queda en la ciudad; de cinco calles, cinco.

Ya no se sabe si aquello fue lo que fue o sirve...

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Ése es mi hijo menor; el mejor atleta que conozco. Le gusta saltar, correr, lanzar...No tiene claro si es el Betis o del Recre, si Denilson es un portento o Bodipo es delantero o defensa. Pero sí sabe qué es saltar longitud, y recuerda bien sus marcas, lo mismo que el triple salto o las carreras de velocidad. Todas las tardes va al estadio Colombino de Huelva a entrenar, pero no al fútbol, sino al atletismo. Utiliza para ello, los restos arqueológicos de lo que fue la única pista de atletismo que queda en la ciudad; de cinco calles, cinco.

Ya no se sabe si aquello fue lo que fue o sirve para lo que sirve, el caso es que las vallas metálicas de 'seguridad' fulminaron la calle quinta y lo que queda de la primera fueron ocupadas por otras vallas, las de publicidad hace ya tiempo. O sea, que si mi hijo se tropieza al correr, se espachurra con seguridad contra el mejor anuncio. Los restos que aún perduran los sigue usando mi hijo para entrenar, eso sí con cuidado: en una curva hay hoyos para una colección, en la otra malviven restos de césped urgente de otras batallas y en el resto del camino, predominan los charcos que la bendita lluvia dejó. Sin embargo, mi hijo sigue entrenando con sus amigos un día sí y otro también, con luz o sin ella, con hoyos y con vallas. No sé si algún día llegará alto en esto o si al fin el Recre o tal vez el Betis serán sus verdaderas pasiones deportivas, aunque ya no sea deportista, ni tan siquiera atleta. Espero, como otros llevan esperando más de 20 años, que las instalaciones de esta maltratada ciudad mía hayan mejorado mucho. Porque mi mejor atleta, mi hijo, es hoy un deportista que entrena en el Tercer Mundo de una sociedad que dice vivir en el Primero. Y como mi hijo, otros muchos niños y niñas que tienen otros ídolos distintos que no son Bodipo ni Denilson y una pasión: la del más autentico y ancestral deporte que el hombre ha practicado siempre: el atletismo. En Huelva, oeste de Andalucía, a principios del siglo XXI.-.

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