Sólo algunas poseemos privilegios

Sólo somos algunas las que poseemos privilegios en una sociedad donde los patrones de conducta siguen siendo eminentemente masculinos, en donde lo que se nos viene reconociendo es una discriminación positiva con toda la carga peyorativa que ese término encierra. Porque mientras creemos que vivimos en una sociedad de progreso, nos encontramos diariamente con mujeres que siguen siendo maltratadas, humilladas, vejadas, por sus compañeros o maridos.

No quiero reparar en aquellas mujeres que hacen una doble jornada, sino en todas, porque, por encima de todo, está el reconocimiento de ...

Sólo somos algunas las que poseemos privilegios en una sociedad donde los patrones de conducta siguen siendo eminentemente masculinos, en donde lo que se nos viene reconociendo es una discriminación positiva con toda la carga peyorativa que ese término encierra. Porque mientras creemos que vivimos en una sociedad de progreso, nos encontramos diariamente con mujeres que siguen siendo maltratadas, humilladas, vejadas, por sus compañeros o maridos.

No quiero reparar en aquellas mujeres que hacen una doble jornada, sino en todas, porque, por encima de todo, está el reconocimiento de la mujer como persona, como miembro de una sociedad, como parte integrante de los seres humanos que habitamos el planeta. No quiero derecho, no quiero privilegios, quiero reivindicar, por encima de todo, mi dignidad como persona.

Tenemos que seguir avanzando por el camino que nos debe llevar a reconocer que la diferencia de sexos es sólo biológica, en todo lo demás no somos diferentes.

Todos hemos contribuido a crear la diferencia, a separar el marco de actuaciones de hombres y mujeres, a acotar territorios, por ello debemos entre todos contribuir a disipar esos matices, esas realidades que aún nos siguen separando.