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Castromán y Solari presentan sus credenciales

En el mercado europeo muchos se preguntaban quién era ese chaval desconocido, de 20 años, por el que el Lazio pagó cerca de 3.000 millones al Vélez Sarsfield argentino, en diciembre. 'Castromán es un jugador voluntarioso de ida y vuelta que juega por la banda derecha', dijo Solari, hace unos días. No había más señas. Hasta el martes de la semana pasada, cuando esta bala de pelo largo dejó atrás a su marcador y le sirvió un balón de gol a Crespo en el primer gol del Lazio en el Bernabéu. Ayer, en su segundo partido como titular en el equipo italiano, Castromán volvió a desbordar a Roberto Carlo...

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En el mercado europeo muchos se preguntaban quién era ese chaval desconocido, de 20 años, por el que el Lazio pagó cerca de 3.000 millones al Vélez Sarsfield argentino, en diciembre. 'Castromán es un jugador voluntarioso de ida y vuelta que juega por la banda derecha', dijo Solari, hace unos días. No había más señas. Hasta el martes de la semana pasada, cuando esta bala de pelo largo dejó atrás a su marcador y le sirvió un balón de gol a Crespo en el primer gol del Lazio en el Bernabéu. Ayer, en su segundo partido como titular en el equipo italiano, Castromán volvió a desbordar a Roberto Carlos en dos acciones trepidantes que terminaron en los dos goles de Lazio. Dos goles que compitieron el protagonismo que reclamaba en el otro bando su compatriota Solari en el día en que anunciaba reivindicarse como interior y no como el sustituto imposible de Roberto Carlos.

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Y Solari se reivindicó con un gol maravilloso. Nadie esperaba novedades en el frente de la banda derecha del Madrid. Pancaro no tenía noticias que amenazaran al lateral izquierdo del Lazio. El ataque blanco se encauzaba en tromba por el costado de Figo y los romanos bombardeaban a César con el marcador a favor cuando apareció Santiago Solari. Rompió el fuera de juego, se fue de Pancaro y se quedó solo ante el veterano Peruzzi que le achicó el ángulo de tiro como mejor pudo. Fue inútil. Solari levantó el balón con la zurda y clavó una vaselina que cayó lentamente pegada al larguero.

Antes de salir para Roma, en el aeropuerto de Barajas, Solari recordaba que no estaba en la lista de convocados para jugar el amistoso que jugarán la semana que viene Italia y Argentina, en el mismo escenario donde marcó el gol ayer. En el Estadio Olímpico de Roma. 'Yo no voy a jugar ese partido', se lamentaba cabizbajo el argentino. Por su mente pasaba el gol que le hizo a México, y que le dio la victoria a su selección en el último encuentro internacional. Para colmo, en la lista figuraban Crespo, Simeone y Verón. Todos jugadores del Lazio.Andaba pensativo Solari en Barajas, algo apartado del ruido y con un aire melancólico que ha marcado esta temporada desde que fichó por el Madrid en calidad de suplente de Roberto Carlos, según el informe técnico de José Pirri. Ser titular como interior zurdo, su posición natural, en dos partidos consecutivos, fue para él una noticia tan nueva como esperanzadora. Ni en los entrenamientos le ponía Del Bosque en otro sitio que no sea el lateral izquierdo. Y la sombra de Roberto Carlos, es demasiado pesada. Así que ayer, apenas metió el gol, Solari se lo dedicó con un guiño de complicidad al brasileño.

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