Rojo: 'Sólo fue un accidente; ahora el equipo está mentalizado'
La visita del Real Madrid nunca había resultado tan estimulante para el Athletic. Ni tan necesaria para redimirse. Lo mismo para su técnico, Txetxu Rojo, que espera tanto una victoria balsámica como aparcar definitivamente el recuerdo de la goleada sufrida en el Camp Nou.
El Athletic se ha aplicado esta semana en explicar lo inexplicable sin conceder respuestas satisfactorias. Por este lado, la más socorrida -y empleada ayer por Rojo- concede al 7-0 carácter de 'accidente', definición tajante y un tanto nerviosa del entrenador rojiblanco. 'Ahora el equipo está fenomenal y mentalizado. L...
La visita del Real Madrid nunca había resultado tan estimulante para el Athletic. Ni tan necesaria para redimirse. Lo mismo para su técnico, Txetxu Rojo, que espera tanto una victoria balsámica como aparcar definitivamente el recuerdo de la goleada sufrida en el Camp Nou.
El Athletic se ha aplicado esta semana en explicar lo inexplicable sin conceder respuestas satisfactorias. Por este lado, la más socorrida -y empleada ayer por Rojo- concede al 7-0 carácter de 'accidente', definición tajante y un tanto nerviosa del entrenador rojiblanco. 'Ahora el equipo está fenomenal y mentalizado. Lo malo sería haber hecho ocho partidos así', zanjó Rojo, optimista a la hora de valorar las posibilidades de su equipo de superar al Real Madrid.
El Athletic maneja cierta disculpa desde el arranque de la temporada, cuando empezaron a lesionarse varios de sus jugadores fundamentales. Las ausencias han puesto en evidencia el escaso recorrido de una plantilla que Rojo siempre ha defendido: 'Tenemos las mismas posibilidades o más que ellos de ganar. Estamos con ilusión, ganas y confianza', aseguró el técnico, que restó importancia a la ausencia de Figo. 'A algunos les falta un jugador y parece que les falta todo el equipo. Otros tienen bastantes bajas y parece que no falta nadie', se quejó.
La derrota en el Camp Nou condujo al presidente rojiblanco, José María Arrate, hasta las instalaciones de Lezama, en las que se reunió inopinadamente con los cuatro capitanes del equipo: Guerrero, Urrutia, Larrazabal y Alkorta. Los protogonistas pintaron el encuentro como un simple intercambio mutuo de ánimos. Sin embargo, la opinión más extendida entiende el encuentro como una revisión de la actitud de un bloque que ante el Barcelona olvidó no sólo su fútbol, sino su marcado poder intimidatorio.