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CONOCEN EL SECRETO DEL POLLO FRITO

La comida-basura de Estados Unidos tiene múltiples vertientes, cada una con su secreto, de elaboración o composición. La chispa del pollo frito de Kentucky, creado por el coronel Harland Sanders en 1939 para su restaurante de carretera, está en el rebozo en que se sumergen trozos del bicho antes de echarlos en la freidora. Para quien guste del producto, hay numerosas recetas en Internet. Todas apócrifas. Lo que se sabe de cierto es el que producto en que se reboza el pollo lo integran once especias del tipo de romero, orégano, salvia, pimienta, pimentón, tomillo, ajo, perejil..., cuya e...

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La comida-basura de Estados Unidos tiene múltiples vertientes, cada una con su secreto, de elaboración o composición. La chispa del pollo frito de Kentucky, creado por el coronel Harland Sanders en 1939 para su restaurante de carretera, está en el rebozo en que se sumergen trozos del bicho antes de echarlos en la freidora. Para quien guste del producto, hay numerosas recetas en Internet. Todas apócrifas. Lo que se sabe de cierto es el que producto en que se reboza el pollo lo integran once especias del tipo de romero, orégano, salvia, pimienta, pimentón, tomillo, ajo, perejil..., cuya exacta composición y proporción es un absoluto secreto. De ahí que, sumando los ingredientes que ofrecen distintos recetarios, salgan bastante más de once: genjibre, mejorana, comino, cayena, azúcar moreno, tomate, cebolla... Tommy y Cherry Settle, un matrimonio ya mayor, creen tener el secreto en su poder y la compañía (KFC) se les ha echado encima. Los Settle compraron la casa de Shelbyville al coronel de la perilla a principios de los setenta. Hace cosa de un año, revolviendo entre papeles y libros viejos, la pareja dio con una agenda del año 64 en la que, entre otras notas manuscritas, aparecía la secreta receta de los once ingredientes. A partir de ahí, las versiones del conflicto difieren. Los Settle dicen que pensaron subastar el documento y pidieron a KFC que les confirmara su autenticidad. La compañía -que encarga a distintas empresas la mezcla de diversos ingredientes del rebozo antes de juntarlo todo en un compuesto único- alega que los Settle quisieron venderles la fórmula y han pedido a un juez que ordene al matrimonio les entregue las notas misteriosas. En juego está un negocio con más de 10.000 instalaciones (restaurantes, los llaman en Estados Unidos) en todo el mundo que hace dos años movió más de 20.000 millones de dólares.-

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