'Esta ley va a crear una bolsa mayor de 'ilegales' endémicos'

El asesoramiento jurídico de polizones es la labor más conocida de la delegación vasca de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Pero CEAR también gestiona un programa de empleo para inmigrantes y un piso de acogida para quienes han solicitado asilo político. Javier Galparsoro (Valladolid, 1956), presidente de esta ONG, cree que el Gobierno central va a lograr lo contrario de lo que pretende con la nueva ley de Extranjería.

Pregunta. Cientos de inmigrantes están encerrados, algunos en huelga de hambre, en protesta por la nueva ley. ¿Qué le sugiere?

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El asesoramiento jurídico de polizones es la labor más conocida de la delegación vasca de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Pero CEAR también gestiona un programa de empleo para inmigrantes y un piso de acogida para quienes han solicitado asilo político. Javier Galparsoro (Valladolid, 1956), presidente de esta ONG, cree que el Gobierno central va a lograr lo contrario de lo que pretende con la nueva ley de Extranjería.

Pregunta. Cientos de inmigrantes están encerrados, algunos en huelga de hambre, en protesta por la nueva ley. ¿Qué le sugiere?

Respuesta. Que estas personas han sentido la necesidad de asociarse y de protestar. Si te sientes en un país libre, tienes que reivindicar tus derechos y no tolerar ni un minuto más de lo que cualquiera de nosotros no toleraría. Tienen mucho miedo a hacer una manifestación, una huelga o a presentar una denuncia, parece que es un plus que puede complicar su situación en España, por eso este paso es especialmente significativo.

'Hay una nueva patología psiquiátrica de los inmigrantes que es el temor a todo'

P. ¿Cómo cree que el Gobierno aplicará la nueva ley?

R. Al ministro [del Interior] le digo que, si es consecuente, tiene que expulsar a todos los que están ilegales, aunque vengan mal dadas y haya contestación social. Si no me está indicando a mí, abogado, que incumpla también la ley. Existe otra razón, la económica. Los extranjeros expulsados suelen ir escoltados hasta el país de origen por un policía nacional. Si expulsara a los 28.000 irregulares habría que pagar sus billetes y los del escolta. Salen unos 3.000 o 4.000 millones de pesetas. ¿Hay dinero para eso? Esta ley va a provocar una bolsa mayor de ilegales endémicos, van a aumentar las mafias, las pateras van a seguir viniendo y la tarifa subirá. Estas personas no pueden ser expulsadas porque no hay argumentos, dinero o voluntad de sus embajadas de documentarles, pero tampoco se les va a legalizar porque son expulsables. ¿Qué vamos a hacer con ellos?

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P. ¿Qué solución le ve?

R. Esta ley era innecesaria. No es normal que una ley [la anterior] dure menos de un año. Para que sean buenas o malas necesitan un tiempo. El Gobierno intencionadamente difundió un mensaje de alarma, de invasión de pateras que caló, pero ahora se ha encontrado con una contestación que no esperaba. Un desgraciado accidente [la muerte de 12 ecuatorianos cuando su furgoneta fue arrollada por un tren en Lorca] ha puesto en solfa la hipocresía nacional, política y social.

P. ¿Cómo lo viven los inmigrantes sin papeles?

R. Me han llamado ya varias personas: '¿Puedo salir de casa?' Un médico me explicaba que hay una nueva patología psiquiátrica de los inmigrantes que es el temor a todo, angustia constante, debe ser parecido a los amenazados por ETA. No saben si les sigue la policía, si les va a detener.

P. ¿Qué le parece la propuesta gubernamental de pagar el vuelo de regreso a los ecuatorianos?

R. Para mí es un engaño. España y Ecuador firmaron un convenio en 1964 en virtud del cual los ecuatorianos podían trabajar directamente en España sin considerar si hay españoles en paro o no. Ésa es una de las razones por la que han venido tantos ecuatorianos. Sólo Ecuador, Chile y Perú tienen convenios como ése. Cuando se habla de los empresarios que explotaban a los ilegales con sueldos de miseria y en condiciones de semiesclavitud, también hay que decir que existen otros que habían pedido los papeles para los trabajadores y llevaban ocho meses esperando. El brócoli o la alcaparra no esperan.

P. ¿Para qué servirá el nuevo convenio con Ecuador?

R. Para cargarse el de 1964. Tras el caramelo de regular el flujo de los ecuatorianos para que vengan con contratos, hay una trampa porque regresar a España será más difícil. Hasta ahora entraban sin problemas por el convenio del 64. Creo que cuando el Gobierno les invita a que regresen a su país, aunque no se lo diga, les está invitando a que no vuelvan a España. Yo me pregunto por qué no se resuelven las cosas aquí.

P. ¿La cuestión de la inmigración requiere voluntad?, ¿medios?

R. Evidentemente, voluntad y también medios. Las embajadas y consulados nuestros están desbordados. Un ejemplo: el Consulado de España en Casablanca atiende dos días de seis a ocho, el teléfono comunica constantemente. Para mí como español es una vergüenza. No quiero pensar cómo es para los marroquíes. Tuve que llamar por una clienta marroquí en situación regular que ha invitado a su marido a que le visite, él trabaja en Marruecos, y el consulado le ha contestado que no justifica suficientemente el motivo del viaje... Pues el hombre baraja venir en patera. Doy fe de que es muy difícil salir de Marruecos siquiera de visita.

P. ¿Qué ocurre durante la espera de regularización?

R. Algunos esperan. Otros inician una relación laboral que no puede constar. Si no, ¿de qué viven esos ocho meses? De manera que esos retrasos fomentan la economía sumergida. No veo más solución que dar autorizaciones provisionales, sin que eso suponga un derecho adquirido. Pero los empleadores les deben dar de alta en la Seguridad Social y pagar lo que corresponde.

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