Picardías y humor ácido en el 'show' del Pelusa

Se produce una química especial cuando Diego Maradona visita Italia. El Pelusa no defrauda. Cuarenta minutos antes de que comience el show (con más de una hora de retraso) más de cincuenta fotógrafos, camarógrafos, y periodistas rodean la mesa vacía donde se ubicará. Una vez dispuesto Dieguito muestra su lado autoritario: 'Apaguen los celulares. ¿O tendré que contestarlos yo?'.

Alguien le pregunta si volverá a jugar: '¿Jugará en el Dundee ?', le preguntan. 'No, ya me retiré. Aunque Caniggia me dijo que por ahí hacen un gran whisky'.

Las sonrisas cordiales y algún ap...

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Se produce una química especial cuando Diego Maradona visita Italia. El Pelusa no defrauda. Cuarenta minutos antes de que comience el show (con más de una hora de retraso) más de cincuenta fotógrafos, camarógrafos, y periodistas rodean la mesa vacía donde se ubicará. Una vez dispuesto Dieguito muestra su lado autoritario: 'Apaguen los celulares. ¿O tendré que contestarlos yo?'.

Alguien le pregunta si volverá a jugar: '¿Jugará en el Dundee ?', le preguntan. 'No, ya me retiré. Aunque Caniggia me dijo que por ahí hacen un gran whisky'.

Las sonrisas cordiales y algún aplauso tímido anuncian que el escenario es suyo.

Termina la conferencia. Pero in extremis, una joven rubia y hermosa periodista insiste en hacer la última pregunta fuera del programa. 'Lo siento', interrumpe el moderador. Y Maradona discrepa: '¡Pero claro! ¿Cómo no? Si preguntan cada monstruo ¿cómo no te voy a contestar a ti? ¿Qué tienes que hacer esta noche?'.

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