Entrevista:PUREZA CANELO | POETISA

'Algunos poetas jóvenes tienen mucha prisa por triunfar'

Quienes conocen a Pureza Canelo (Cáceres, 1946) hablan de ella como una poetisa cuya voz está fielmente apegada a sus raíces y a su cotidianeidad. Cuando le preguntan, Pureza va un poco más allá, indaga en sus sentimientos y se desvela profundamente reflexiva. 'Mi poesía es de rasgos intimistas y filosóficos; en ellos se refleja mi soledad frente al mundo, aunque, paradójicamente, soy una mujer de gestión social y cultural', dice con un cierto aire de dulzura.

Pureza Canelo irrumpió en el panorama poético en 1970. En ese año le fue concedido el Premio Adonais de poesía. Un premio que, s...

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Quienes conocen a Pureza Canelo (Cáceres, 1946) hablan de ella como una poetisa cuya voz está fielmente apegada a sus raíces y a su cotidianeidad. Cuando le preguntan, Pureza va un poco más allá, indaga en sus sentimientos y se desvela profundamente reflexiva. 'Mi poesía es de rasgos intimistas y filosóficos; en ellos se refleja mi soledad frente al mundo, aunque, paradójicamente, soy una mujer de gestión social y cultural', dice con un cierto aire de dulzura.

Pureza Canelo irrumpió en el panorama poético en 1970. En ese año le fue concedido el Premio Adonais de poesía. Un premio que, según reflexiona ahora, abrió las puertas a otras mujeres poetisas. En esa época, cuenta, 'el premio se le concedía sólo a hombres', y que se lo dieran a ella fue 'un poco escandaloso'. Su obra poética es casi tan extensa como los reconocimientos que ha obtenido a lo largo de su trayectoria. Uno de ellos está en Moraleja, su pueblo natal. Allí, tanto la biblioteca como una de las calles llevan su nombre. Paralelamente a su oficio de escritora, Canelo dedica sus días a la Fundación Gerardo Diego, de la que es directora gerente. Ahora prepara la publicación de las obras completas de Diego. 'Queremos mostrar la crítica literaria del poeta. Esa faceta desconocida en la vida del gran escritor'.

Pregunta. Debe de ser un poco extraño ir a su pueblo y ver una calle con su nombre...

Respuesta. No me acostumbro. Además, no lo esperaba. Es muy extraño, porque no soy mayor y tampoco me he muerto, así que resulta algo esquizoide.

P. ¿Qué escribe ahora?

R. El último libro lo publiqué el año pasado. Se llamaba No escribir y fue Premio de Poesía Ciudad de Salamanca. Mi próximo libro lo escribo lentamente.

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P. ¿Ha notado alguna influencia directa en su poesía?

R. No encuentro influencias directas, pero la lectura poética ajena te marca cierta seguridad a la hora de hacer tu propia poesía. Eso te da valentía.

P. Usted ha trabajado mucho en la promoción de nuevos poetas. ¿Qué ha descubierto en ellos?

R. Me interesa mucho que los nuevos poetas puedan tener su propia voz, que puedan desarrollarse. Lo que he descubierto es que algunos tienen demasiada prisa por triunfar, y ése es un planteamiento erróneo, porque la madurez del escritor viene con los años, tanto de experiencia vivida como de escritura trabajada.

P. ¿Y cómo fue su caso?

R. Yo tenía una entrega tan extraordinaria que para el resto del mundo estaba como anulada. La tensión que vivía me subyugaba.

P. En estos tiempos, ¿cree que la poesía está viva?

R. Siempre lo estará, porque refleja el sentimiento humano y la angustia, el drama o la alegría de vivir. Y por mucha globalización que haya, que yo sepa, el hombre no es un globo.

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