Las televisiones de Estados Unidos cancelan algunas de sus grandes apuestas de ficción de la temporada

En un mercado cada vez más feroz, las grandes cadenas de Estados Unidos sólo conceden unas pocas semanas de prueba a las nuevas producciones: si los resultados de audiencia no son alentadores, la cancelación es inmediata. La nueva temporada -que empezó con retraso por la retransmisión de los Juegos Olímpicos- ya se ha cobrado las primeras víctimas, entre las que no se salva ni el histórico Steven Bochco (creador de Canción triste de Hill Street). Hace casi veinte años, Cheers acabó su primer año de emisión en un indigno puesto número 77 de los índices de audiencia. Los directivos...

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En un mercado cada vez más feroz, las grandes cadenas de Estados Unidos sólo conceden unas pocas semanas de prueba a las nuevas producciones: si los resultados de audiencia no son alentadores, la cancelación es inmediata. La nueva temporada -que empezó con retraso por la retransmisión de los Juegos Olímpicos- ya se ha cobrado las primeras víctimas, entre las que no se salva ni el histórico Steven Bochco (creador de Canción triste de Hill Street). Hace casi veinte años, Cheers acabó su primer año de emisión en un indigno puesto número 77 de los índices de audiencia. Los directivos de la NBC, convencidos de que era un producto de calidad, renovaron la telecomedia a pesar de su aparente fracaso. Sobra decir que Cheers duró 10 temporadas más y se convirtió en uno de los productos más queridos y más justamente elogiados de la historia de la televisión.

Es imposible pensar que ahora podría pasar algo parecido. La NBC ha cancelado una de sus grandes apuestas de la temporada, la serie de periodistas Deadline, cuando no se habían emitido ni media docena de episodios. Menos ha durado todavía otra de las novedades del año, Tucker, una telecomedia tan infame que además de la cancelación se merecía un castigo para sus creadores.

Con la misma celeridad, la Fox ha echado el cerrojo a Freaky Links, una serie de terror realizada por los creadores de la película Blair Witch Project. La cadena había presentado esta serie hace un mes con una etiqueta de calidad que parecía implicar una disposición a la benevolencia, más allá de los índices de audiencia. No era el caso: la cancelación ha sido inmediata.

El hacha ha caído también sobre City of Angels en la CBS, un drama médico que tenía la extraña -y arriesgada- particularidad de incluir un reparto casi enteramente afroamericano. La serie, creada por Steven Bochco, dio unos resultados muy discretos la pasada temporada, aunque el prestigio de su creador le permitió una tímida segunda oportunidad; seis episodios después, la serie ya no existe. En realidad, su éxito era imposible porque, para frustración de Bochco, coincidía con Will & Grace en la NBC y el concurso Millonario en la ABC.

Al borde de la hoguera se encuentra también The Michael Richard show, el vehículo construido para el lucimiento del actor que interpretaba a Cosmo Kramer en Seinfeld. Es una telecomedia tan ridículamente mala que los directivos de la NBC no se atreven a cancelarla para no tener que admitirlo.

Con este panorama, la nueva temporada sigue demostrando que es mejor malo conocido que bueno por conocer, salvo en el caso de la Fox: Dark angel, un producto de ciencia-ficción creado por el director de Titanic, James Cameron, comienza a convertirse en una serie de culto. Y también en la Fox se ha estrenado la magnífica Boston public, en la que David E. Kelley (el creador de Ally McBeal) desarrolla un drama sombrío en un instituto, pero construido desde el punto de vista de los profesores.

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