El Mallorca sigue creciendo

Los dos han sido cocineros antes de ser frailes. Luis Costa y Luis Aragonés, dos veteranos que compartieron curso de entrenadores, manejan con soltura el catón del fútbol. Buena defensa, presión en el centro del campo y rapidez en la delantera. Y como dibujo preferido el 4-4-2. Dos maestros de la sorpresa, de la guerrilla táctica, y de la sencillez. La semana había transcurrido entre los piropos de entrenador a entrenador y el entendimiento de los presidentes, Alfonso Solans y Mateo Alemany, que encabezan el grupo de presión de los clubes modestos para reclamar más ingresos por los derechos te...

Los dos han sido cocineros antes de ser frailes. Luis Costa y Luis Aragonés, dos veteranos que compartieron curso de entrenadores, manejan con soltura el catón del fútbol. Buena defensa, presión en el centro del campo y rapidez en la delantera. Y como dibujo preferido el 4-4-2. Dos maestros de la sorpresa, de la guerrilla táctica, y de la sencillez. La semana había transcurrido entre los piropos de entrenador a entrenador y el entendimiento de los presidentes, Alfonso Solans y Mateo Alemany, que encabezan el grupo de presión de los clubes modestos para reclamar más ingresos por los derechos televisivos que tendrán que renovarse en el año 2002. Tanta fraternidad previa, y los quince días sin jugar por la final del Real Madrid en Tokio, le daban en la nariz a Luis Costa, que había solicitado concentración a los jugadores y al público.Y los jugadores no le fallaron durante el primer tiempo. En el minuto cuatro Jamelli embocaba un balón que le había puesto desde la banda Juanele tras un buen pase de Acuña, con despiste incluido de Olaizola, que deshizo el fuera de juego. Una jugada marca de la casa que abrió quince minutos de buen fútbol, de descontrol en el centro del campo y de ocasiones de gol. Una delicia para los espectadores. El Mallorca se fue arriba y Juanmi salvó dos goles en dos salidas a los pies de Eto'o y de Finidi.

Los de Luis Aragonés dejaban muchos espacios, ni Marcos ni Engonga conseguían fijar el centro del campo, y los tres delanteros del Zaragoza disfrutaban de lo lindo con los robos de balón. De nuevo, Montenegro, Jamelli y un exquisito Juanele, que juega con pajarita en las botas, compusieron una hermosa partitura de ocasiones de gol, con las espaldas bien guardadas por unos defensas que no se complican la vida y por el omnipresente Acuña, el líder del equipo.

Pero la segunda parte fue otro cantar. Un solo del Mallorca. Enseguida llegó el golazo de Luque y el cambio de un iracundo Etoo, que recibió una fuerte bronca de Luis Aragonés, por Stankovic resultó un acierto. Stankovic se hizo dueño de la banda izquierda y permitió que Ibagaza se colocara de medio punta, una posición desde la que creó muchísimo peligro. El Zaragoza tuvo que echarse atrás, sin ideas y sin salida hacia el ataque. Finidi falló un gol de cabeza, Ibagaza estrelló el balón en el larguero, Garitano sacó en la raya un balón que entraba después de otro cabezazo de Finidi, Juanmi paró un tiro de gol de Carlos... Fueron algunas de las ocasiones claras del Mallorca que dejó una buena impresión de equipo en la segunda parte.

Luis Costa echó mano de Aragón para sacudirse el dominio del Mallorca, sacó también a Yordi y a Ferrón, pero los cambios no modificaron el rumbo del partido. Al final, Luis Costa y Luis Aragonés, como correspondía a la fraternidad previa, se conformaron con un empate que le dejó peor cuerpo al técnico madrileño.