Cartas al director

Sombrerazo por la juventud de ahora

A pesar de mi edad -tengo 65 años- yo siempre he defendido a la juventud actual, pensando que, como en todas las épocas de este mundo, los hay buenos y malos, y para ser del todo sincera pienso que son mucho más francos y más comunicativos con las personas de su entorno que intentan entenderles, que fuimos nosotros en nuestra juventud.Les voy a contar lo que me ha sucedido.

El pasado 19 de noviembre, a la altura de la calle de Ponzano con Raimundo Fernández Villaverde, perdí una agenda, que para mí tiene el mayor valor del mundo.

Y ello, no sólo por el dinero que llevaba dentro, ...

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A pesar de mi edad -tengo 65 años- yo siempre he defendido a la juventud actual, pensando que, como en todas las épocas de este mundo, los hay buenos y malos, y para ser del todo sincera pienso que son mucho más francos y más comunicativos con las personas de su entorno que intentan entenderles, que fuimos nosotros en nuestra juventud.Les voy a contar lo que me ha sucedido.

El pasado 19 de noviembre, a la altura de la calle de Ponzano con Raimundo Fernández Villaverde, perdí una agenda, que para mí tiene el mayor valor del mundo.

Y ello, no sólo por el dinero que llevaba dentro, que no era de despreciar para una clase normal como es la de muchos españoles, sino porque en la parte transparente llevo las últimas fotografías de la vida de mi marido.

Cuando volví a casa, triste porque la había perdido, me encontré con la gran sorpresa de que al conserje de mi casa una pareja de no más de 20 años le había hecho entrega de mi agenda, y mi admiración fue cuando este señor les pidió un número de contacto para que yo les diera las gracias por la devolución y no quisieron, alegando que no hacían más que cumplir con su obligación puesto que nada de lo que iba dentro era de ellos.

Como verán, con estas palabras no quiero más que dar las gracias a esta pareja y mi más sincera felicitación a sus padres por la formación que les están dando, y para que el mundo sepa que si todos hacemos un poco por las nuevas generaciones se podrá vivir en España como los seres humanos nos merecemos, con alegría y en paz.-

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