Castro se queda solo al negarse a condenar a ETA
El debate sobre el terrorismo en la Cumbre Iberoamericana abre una crisis en las relaciones entre España y Cuba
El presidente cubano, Fidel Castro, quedó ayer aislado en la Cumbre Iberoamericana de Panamá al negarse a suscribir una declaración de condena a ETA que fue apoyada por el resto de los países participantes.Al término de un intenso debate en el que algunos presidentes levantaron su voz contra la posición del líder cubano, fue aprobada una resolución que expresa la "firme condena al terrorismo" y "el rechazo a las acciones del grupo terrorista ETA cometidas en España".
El enfrentamiento que este debate provocó entre Cuba y España, ante los ojos de todos en sesión abierta, deja las relacio...
El presidente cubano, Fidel Castro, quedó ayer aislado en la Cumbre Iberoamericana de Panamá al negarse a suscribir una declaración de condena a ETA que fue apoyada por el resto de los países participantes.Al término de un intenso debate en el que algunos presidentes levantaron su voz contra la posición del líder cubano, fue aprobada una resolución que expresa la "firme condena al terrorismo" y "el rechazo a las acciones del grupo terrorista ETA cometidas en España".
El enfrentamiento que este debate provocó entre Cuba y España, ante los ojos de todos en sesión abierta, deja las relaciones entre los dos países en uno de los peores momentos desde que José María Aznar ocupa la presidencia del Gobierno.
Castro insistió en su intervención que su disociación con el documento respaldado por los demás líderes no es un gesto inamistoso hacia España. El presidente cubano ponía como condición para sumarse a la condena que ésta incluyese de forma expresa al "terrorismo de Estado", que Cuba dice sufrir de parte de Estados Unidos.
El presidente del Gobierno español, ironizando sobre las denuncias hechas por Castro de un supuesto plan para acabar con su vida en Panamá, declaró: "Yo sí que he sido víctima de un atentado terrorista". El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, había advertido que sería difícil que las relaciones con Cuba se mantuvieran al mismo nivel si el Gobierno de La Habana no respaldaba la condena a ETA.
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