Los socialistas navarros reeligen a Juan José Lizarbe con el 69% de los votos Lizarbe reclama unidad interna para ser el partido del Gobierno en 2003 El reelegido secretario general del PSN logró el mismo apoyo que en 1997

Juan José Lizarbe consiguió ayer noche la reelección como secretario general de los socialistas navarros con el 69,1% de los votos emitidos en el VII Congreso regional del PSN-PSOE, celebrado en Pamplona. Lizarbe, que llegó al cargo en diciembre de 1997, tras la crisis abierta con el caso Otano, batió con holgura a la candidata alternativa que le opuso el sector crítico del partido. El renovado secretario general obtuvo 197 votos de los 285 emitidos, mientras que María Gracia Iribarren logró reunir 85 votos, el 29,8%.Lizarbe señaló como ejes fundamentales ejes del partido la lucha democ...

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Juan José Lizarbe consiguió ayer noche la reelección como secretario general de los socialistas navarros con el 69,1% de los votos emitidos en el VII Congreso regional del PSN-PSOE, celebrado en Pamplona. Lizarbe, que llegó al cargo en diciembre de 1997, tras la crisis abierta con el caso Otano, batió con holgura a la candidata alternativa que le opuso el sector crítico del partido. El renovado secretario general obtuvo 197 votos de los 285 emitidos, mientras que María Gracia Iribarren logró reunir 85 votos, el 29,8%.Lizarbe señaló como ejes fundamentales ejes del partido la lucha democrática contra ETA, el desarrollo del autogobierno y la defensa de Navarra como comunidad diferenciada, y reclamó unidad interna y coincidencia en el proyecto político para conseguir ganar a UPN en 2003.

"Vamos a hacer de este partido el partido del Gobierno de Navarra en el año 2003", señaló Lizarbe al término de una jornada en la que se puso de manifiesto el amplio respaldo de las bases del PSN a quien ha dirigido los destinos del partido desde 1997. La gestión de la ejecutiva saliente, cuya renovación se vota hoy, fue respaldada a su vez por el 70,3% de los casi 300 delegados presentes.

Lizarbe demostró que mantiene los mismos apoyos que obtuvo hace tres años (69,7%) para profundizar en la renovación del PSN. La candidata alternativa, María Gracia, denunció ante el congreso las "políticas erráticas" y la "falta de definición" de la ejecutiva saliente, al tiempo que reivindicaba para sí los principios renovadores. Aseguró que Lizarbe no ha cumplido las expectativas del anterior congreso y ha dirigido al PSN con "actitudes personalistas".

A tenor de los resultados, la mayoría del partido no comparte ese análisis. Haciendo un alto en el debate de los documentos programáticos, que serán dados hoy a conocer, los delegados votaron y Lizarbe triunfó de nuevo. "Vamos a profundizar en un partido integrado donde las familias no cuenten para nada y las personas sean atendidas por su valía", señaló el vencedor del congreso, que anunció que la nueva ejecutiva del PSN será más reducida que la anterior.

Los dos sectores enfrentados han coincidido en apoyar lo esencial de la ponencia programática: la defensa de Navarra como comunidad diferenciada y el Amejoramiento del Fuero y la Constitución como marco de trabajo político, así como la imposibilidad de colaborar política e institucionalmente con los nacionalistas vascos en la actual situación.

Ambos candidatos coincidían además en la obligación de controlar las políticas conservadoras de UPN mediante pactos presupuestarios que introduzcan mecanismos de corrección social y económica en beneficio de los más desfavorecidos, en tanto no se den las circunstancias para articular una opción progresista de Gobierno de Miguel Sanz.

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Las diferencias entre ambos sectores se han debido más a rencillas internas por el poder, a divergencias sobre las formas de ejercer la autoridad interna y al descontento de las familias desplazadas en estos últimos años de gestión del equipo de Lizarbe.

"Política útil"

De hecho, entre quienes apoyaban a María Gracia se alinearon conocidos dirigentes del ala izquierda del partido, opuestos a cualquier pacto con UPN, junto a no menos conocidos ex cargos públicos destacados por sus estrechas afinidades institucionales y sus repetidos pactos políticos y presupuestarios con la derecha navarra. Pero, atendiendo a la experiencia de gestión del partido, ambos bloques han acabado actuando igual en la praxis diaria. Lizarbe lo llamó ayer "sana obsesión" por hacer una "política útil" desde la oposición.El propio Lizarbe dijo ante los delegados que el PSN ganaría con total seguridad una hipotética moción de censura parlamentaria contra el presidente navarro Miguel Sanz. Pero, a renglón seguido, matizó que él no desearía ver ganada esa votación "con los votos que iba a recibir", en referencia al ineludible apoyo que se debería recibir de Euskal Herritarrok para conseguir echar a UPN del poder.

El triunfo de Lizarbe confirma que el PSN seguirá manteniendo una actitud de "firmeza" e incluso aislamiento político e institucional frente a EH y al conglomerado de siglas de la izquierda abertzale, y que seguirá negociando los presupuestos con la derecha foral por "responsabilidad" hacia la gobernabilidad de Navarra y compromiso con la estabilidad institucional, que los socialistas consideran amenazada por el mundo de la violencia y las aspiraciones soberanistas del nacionalismo radical.

El renovado secretario general realizó una lectura positiva pero autocrítica de la gestión de la ejecutiva saliente. Subrayó las "extraordinarias dificultades" internas que ha habido que superar para llevar a cabo una "renovación" que sólo ha podido ser "parcial", así como la "extrema debilidad" con que recibió el partido tras los reiterados episodios de corrupción que afectaron seriamente su credibilidad. Lizarbe aseguró que bajo su dirección se ha alcanzado la "normalidad" en el PSN, pero fue muy severo con quienes desde dentro del partido han "difamado" y obstaculizado "cuanto han podido" su regeneración.

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