Lavaudant: "Los poetas griegos nos mantienen en ascuas"

El director francés Georges Lavaudant, que ya estrenó en 1999 Els gegants de la muntanya, de Luigi Pirandello, en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), regresa hoy al mismo escenario con L'Orestie -la inmortal trilogía de tragedias de Esquilo-, un montaje que obtuvo las mejores críticas en su estreno parisino en el Théâtre Odéon-Théâtre de l'Europe. "Los poetas griegos consiguen mantenernos en ascuas", afirma.

L'Orestie, que reúne Agamemnom, Les Choéphores y Les Euménides, es el primer intento de aproximación, por parte de Lavaudant, al teatro clásico griego despué...

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El director francés Georges Lavaudant, que ya estrenó en 1999 Els gegants de la muntanya, de Luigi Pirandello, en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), regresa hoy al mismo escenario con L'Orestie -la inmortal trilogía de tragedias de Esquilo-, un montaje que obtuvo las mejores críticas en su estreno parisino en el Théâtre Odéon-Théâtre de l'Europe. "Los poetas griegos consiguen mantenernos en ascuas", afirma.

L'Orestie, que reúne Agamemnom, Les Choéphores y Les Euménides, es el primer intento de aproximación, por parte de Lavaudant, al teatro clásico griego después del pequeño díptico Ajax-Philoctète (1998) que el público barcelonés pudo ver en el pasado festival Grec. El espectáculo, de cuatro horas de duración, estará en el TNC sólo tres días, hasta el domingo.Georges Lavaudant convirtió la presentación de L'Orestie en una conferencia extensa y erudita en la cual trató de explicar su visión personal del teatro clásico griego. "Mi trabajo", dijo el director, "se descompone en dos facetas. Por un lado, he dirigido obras contemporáneas que he escrito yo mismo, como es el caso de Fanfares . Lo que en este caso me interesa es la búsqueda de formas contemporáneas e inéditas. Por otro lado, siempre he sentido curiosidad por el repertorio clásico, y he trabajado autores como Shakespeare, Brecht o Pirandello. Pero, curiosamente, en 30 años de profesión, jamás me había acercado al teatro clásico griego. Me daba miedo. Y eso por dos razones: porque conocía mal el fondo, es decir, la mitología griega y su contexto, y porque, estilísticamente, jamás había visto ningún montaje que me convenciera y tampoco yo me veía capaz de proponer una forma adecuada a ese teatro".

La primera aproximación se produjo, en efecto, a través del montaje Ajax-Philoctète, a partir de las obras de Sófocles, que Lavaudant dirigió con sólo dos actores. "Fue a partir de este montaje cuando pude imaginar la manera de aproximarme al teatro griego. Tengo la impresión de que hay dos maneras de abordar este teatro. Una es dionisiaca, como proponía Nietzsche, una forma apasionada, barroca. Sabemos, en efecto, que los griegos mezclaban la palabra, el canto y la danza. Era un teatro que oscilaba entre la ópera y la ceremonia religiosa. Se han hecho intentos de presentar las tragedias con un gran colorido. ¿Y cómo hacer hablar al coro sin escribir una especie de partitura musical? Para ser honesto, tengo que decir que he escogido el camino exactamente opuesto. Una forma depurada, casi minimalista", explica.

En cuanto a su elección de L'Orestie, Lavaudant ha explicado que se ha debido al hecho de que es la única trilogía que se conserva completa. "Sabemos que se escribieron más de 1.000 tragedias. Algunas se conservaron porque, en un cierto momento, se realizó una antología muy extensa de la que nos han llegado apenas unas pocas obras. Una hipótesis es que a medida que fueron estableciéndose las religiones monoteístas, los copistas fueron eliminando las que suponían algún peligro. Aparte de esto, lo que se ha podido establecer es que cometieron, al recopiarlas, muy pocos errores. Las tragedias que nos han llegado están prácticamente intactas".

Según el director francés, el tema de L'Orestie es la venganza. "Una de las cosas que más temían los griegos era la guerra civil. Y algo que les preocupaba era el derecho civil, opuesto al consuetudinario. Eran sociedades pequeñas. Atenas no tenía más de 40.000 habitantes. Todo eso está en La Orestíada, que gira en torno a un cúmulo de vendettas. Agamenón sacrifica a su hija Ifigenia para poder ganar la guerra de Troya. Clitemnestra, su esposa, lo mata a él para vengar la muerte de su hija. Orestes venga a su padre Agamenón y mata a Clitemnestra. A Orestes lo persiguen las Erinias. Al final de la trilogía, aparece por primera vez en el teatro griego un tribunal. Les Eumènides es una obra curiosa, porque sobre el escenario casi sólo hay dioses. Orestes está callado y atiende al juicio de los dioses. Lo importante es que la vendetta individual es sustituida por un juicio colectivo. Eso hace que La Orestíada se sitúe en el origen de la democracia. De hecho, cada verso nos aporta algo de cómo ha sido construida nuestra modernidad".

Con todo, para Lavaudant uno de los aspectos más interesantes del teatro griego es su eficacia dramática. "Junto a fragmentos muy líricos, casi incomprensibles, todos los poetas griegos logran mantenernos sobre ascuas. Necesitas saber lo que pasará a continuación. Me parece fantástico que un texto tan antiguo acabe resultándonos tan próximo".

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Silvia T. Colmenero

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