Cuatro encapuchados tirotean a un vecino de Torrefarrera para robarle

La intuición y un oportuno giro de la cabeza salvaron la vida a Juan Mateo Serres, un vecino de Torrefarrera (Segrià) que fue tiroteado la madrugada del lunes desde un vehículo en marcha ocupado por cuatro encapuchados porque posiblemente le confundieron con su hermano, propietario de un restaurante. Los Mossos d'Esquadra todavía no han identificado ni detenido a los autores de la agresión. Los hechos tuvieron lugar sobre la una de la madrugada, cuando Juan Mateo regresaba a su casa desde el restaurante La Rotonda que regenta junto con su hermano en las afueras de la población. Los dos abandon...

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La intuición y un oportuno giro de la cabeza salvaron la vida a Juan Mateo Serres, un vecino de Torrefarrera (Segrià) que fue tiroteado la madrugada del lunes desde un vehículo en marcha ocupado por cuatro encapuchados porque posiblemente le confundieron con su hermano, propietario de un restaurante. Los Mossos d'Esquadra todavía no han identificado ni detenido a los autores de la agresión. Los hechos tuvieron lugar sobre la una de la madrugada, cuando Juan Mateo regresaba a su casa desde el restaurante La Rotonda que regenta junto con su hermano en las afueras de la población. Los dos abandonaron el local al mismo tiempo, pero lo hicieron en vehículos diferentes. Minutos después, cuando Juan circulaba por la carretera N-230, observó que un Opel Kadett de color blanco se situaba a su lado en paralelo, como si se tratara de una maniobra de adelantamiento. El susto de este vecino de Torrefarrera fue mayúsculo cuando al mirar a su izquierda vio cómo el copiloto del otro vehículo le estaba apuntando con una escopeta de cañones recortados.

Juan Mateo mantuvo la calma y giró rápidamente la cabeza hacia el otro lado sin dejar de mirar a la carretera. Ese gesto le salvó posiblemente la vida, puesto que el disparo efectuado por el malhechor destrozó el cristal de la ventanilla y una veintena de perdigones le alcanzaron en la cara y en el omoplato izquierdo. El doble forro de la chaqueta evitó que las heridas sufridas revistieran mayor gravedad.

Tras efectuar el disparo, los agresores le embistieron con el coche y, tras obligarle a parar, le exigieron que les entregara la recaudación del restaurante. "Os habéis equivocado, yo no soy el dueño", indicó a los encapuchados, quienes al cerciorarse de su error le quitaron las llaves del coche y la cartera.

Los cuatro encapuchados huyeron del lugar a gran velocidad y, pasados unos minutos, la víctima del asalto pidió ayuda a unos jóvenes que estaban trabajando en el polígono industrial de Torrefarrera, que alertaron a los Mossos d'Esquadra. Mientras tanto, los ocupantes del Opel Kadett, vehículo que habían robado en otra localidad, cometían otro atraco en una zona cercana. Esta vez las víctimas fueron tres empleados del restaurante Les Comes, situado en las inmediaciones del lugar.

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