Una disputa de familia

El proyecto de fusión Endesa-Iberdrola ha desatado una pugna entre los empresarios que nombró el PP

La pugna que libran dos empresas privatizadas por el Gobierno del PP, Endesa y Repsol YPF, por el control de la eléctrica Iberdrola lleva también en su seno una pelea en el corazón del poder popular. Se enfrentan el ex diputado del PP Rodolfo Martín Villa, presidente de Endesa, y un íntimo del ministro Rodrigo Rato, Alfonso Cortina, presidente de Repsol YPF. Pero la pelea afecta también al copresidente del BBVA, Francisco González, el primer nombramiento del presidente José María A...

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El proyecto de fusión Endesa-Iberdrola ha desatado una pugna entre los empresarios que nombró el PP

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La pugna que libran dos empresas privatizadas por el Gobierno del PP, Endesa y Repsol YPF, por el control de la eléctrica Iberdrola lleva también en su seno una pelea en el corazón del poder popular. Se enfrentan el ex diputado del PP Rodolfo Martín Villa, presidente de Endesa, y un íntimo del ministro Rodrigo Rato, Alfonso Cortina, presidente de Repsol YPF. Pero la pelea afecta también al copresidente del BBVA, Francisco González, el primer nombramiento del presidente José María Aznar en 1996 (Argentaria) y al hombre que ha nutrido de ideas los planes liberalizadores del Gobierno, Manuel Pizarro, vicepresidente de Endesa y futuro presidente de Endesa Iberdrola.Aunque en toda gran operación empresarial, y más si contiene intereses contrapuestos, se tiende a pasar por alto un factor fundamental, el de las personas, en el caso de la fusión Endesa-Iberdrola, con el sonado cruce de Repsol YPF y el voto en contra de la operación del BBVA (accionista de las dos eléctricas y de la petrolera), el factor personal pesa especialmente.

Son tantas las cosas que comparten los ahora enfrentados que, en teoría, la fusión de las eléctricas, la reordenación del sector y la posible entrada en el negocio de la luz de Repsol YPF con los activos sobrantes de la nueva sociedad, debería discurrir, como mucho, como si de una disputada partida de mus se tratara. Y sin embargo, se ha desatado la guerra. ¿Por qué?

El presidente de Repsol, Alfonso Cortina, tuvo ocasión de sondear la opinión de Aznar en el Foro Formentor, que organiza la Fundación Repsol YPF, hace 15 días. ¿Entendió mal el mensaje o, sencillamente, el mensaje cambió? En cualquier caso, se desataron las hostilidades en lo que hasta ahora parecía un grupo bien avenido.

Todos los protagonistas de la pugna empresarial saltaron a lo más alto del estrellato empresarial a lomos de la victoria electoral del PP en 1996. Todos son o eran, según los casos, amigos entre sí; amigos del presidente del Gobierno, José María Aznar, que los nombró y / o amigos del vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato. Éste fue quien, en algunos casos, les dio la primera entrada en La Moncloa.

Sobre todos ellos, la nueva clase empresarial del PP -a la que también pertenecen, entre otros, el presidente de Telefónica, César Alierta; Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid y consejero de Endesa, y el ex presidente de Telefónica, Juan Villalonga- recayó la tarea de convertir las máquinas de hacer dinero a las que accedieron en compañías totalmente privadas.

Aplicaron, ni más ni menos, las recetas que se venían defendiendo desde órganos próximos al partido, como la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) a la que pertenecía Manuel Pizarro. Neoliberalismo y extensión del capitalismo popular.

Con los deberes empresariales hechos -muy bien hechos, según el partido que los encumbró- el ex diputado Martín Villa; el ex presidente de Portland Valderrivas, Alfonso Cortina (hijo del que fuera ministro de Exteriores franquista, Pedro Cortina Mauri); el ex agente de Bolsa y ex presidente de Argentaria, Francisco González, y el ex presidente de la Bolsa de Madrid, Manuel Pizarro, se han enzarzado en una pugna "de familia". Cada cual defiende sus intereses y cada cual se apoya allí donde más le conviene.

Francisco González, con quien Pizarro obró como introductor de embajadores ante Aznar ya en el año 1991, abandonó esta misma semana el consejo de Endesa. Su banco, el BBVA, se había opuesto a la fusión Endesa Iberdrola en un tormentoso consejo porque el presidente de la eléctrica vasca, Íñigo Oriol, no se avino a considerar la oferta alternativa de fusión planteada por Repsol YPF.

Aunque desde el BBVA se recordó que González ya había anunciado su próxima salida de Endesa (como copresidente del BBVA, que también participa en Iberdrola, no puede estar presente en dos grupos) la renuncia del banquero, el día después de que se anunciara la fusión Endesa Iberdrola revela que la pelea tiene calado.Los empresarios del PP son ante todo empresarios y parecen decididos a no ceder. Donde Cortina ha amenazado con una OPA hostil sobre Iberdrola, Martín Villa ha recordado que él también tiene artillería y está dispuesto a usarla.

Íñigo Oriol y Martín Villa, aseguran fuentes conocedoras del proceso, han negociado durante cinco meses la operación de fusión Endesa Iberdrola y creen contar con el respaldo de José María Aznar para sus planes. Oriol lo dio a entender esta misma semana al defender el proyecto de fusión y explicar que para redondearlo se había hablado con las autoridades pertinentes.

En el otro lado, Repsol YPF, se ha buscado otra interlocución. El de Rodrigo Rato, pillado en una posición incómoda, a tenor de los analistas, porque formalmente tiene las manos atadas. Sencillamente, se afirma en los círculos informados, no tiene margen para intervenir en o contra un plan que ha sido diseñado por Martín Villa y Pizarro y sometido ya a la valoración del presidente del Gobierno.

La intensa disputa de familia actúa como la piedra en el estanque. Primero el impacto, luego las olas. El cambio de sede de Iberdrola (Endesa Iberdrola tendrá su sede en Madrid); la aparente pérdida de pie en el sector eléctrico del BBVA; las consecuencias de la fusión en los planes de inversión en marcha, especialmente en el País Vasco y las connotaciones políticas de la reordenación eléctrica han provocado un alud de reacciones.

El Gobierno vasco, el PNV, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y hasta el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) cuestionan el proyecto de fusión y piden explicaciones.Si los planes de Endesa e Iberdrola cuajan, algunas carreras tendrán un futuro cierto, como la de Pizarro, anunciado como presidente de la nueva sociedad en 2003. Otras, perderán brillo. Alfonso Cortina y Francisco González, por ejemplo, no están acostumbrados al fracaso. Accionistas y consumidores asisten a la disputa con inquietud.

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