Entrevista:ALFREDO RAMÓNPINTOR

"El sol brilla en Madrid con una luz plateada, única"

Alfredo Ramón posee un rostro enérgico, una mirada inteligente y dotes de convicción. Tantas, que dan a sus puntos de vista la verosimilitud de la evidencia. Pero su sabiduría no es la de un filósofo, sino la de un artista dedicado a la pintura y a su enseñanza, actividades de las que no puede disimular su enamoramiento.La transparencia de sus argumentos y la tenacidad con la que los expone permiten colegir que ha pasado muchos años en contacto con estudiantes. Cierto: tiene alumnos a ambos lados del Atlántico, en universidades de la Costa Este de Estados Unidos, donde viaja cada año para habl...

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Alfredo Ramón posee un rostro enérgico, una mirada inteligente y dotes de convicción. Tantas, que dan a sus puntos de vista la verosimilitud de la evidencia. Pero su sabiduría no es la de un filósofo, sino la de un artista dedicado a la pintura y a su enseñanza, actividades de las que no puede disimular su enamoramiento.La transparencia de sus argumentos y la tenacidad con la que los expone permiten colegir que ha pasado muchos años en contacto con estudiantes. Cierto: tiene alumnos a ambos lados del Atlántico, en universidades de la Costa Este de Estados Unidos, donde viaja cada año para hablarles de historia de la pintura española y también en Madrid, en un instituto internacional. Nacido en la La Granja de San Ildefonso en 1922, madrileño y cosmopolita de siempre, goza de una jovial madurez que esgrime con desenvoltura y sentido crítico. Sigue una senda artística figurativa, opción valiente en tiempos en los que el arte prosigue su vagoroso discurrir por universos de abstracción, de distancia. Frente a las expediciones por conceptos y por volúmenes, Alfredo Ramón prefiere rincones de Madrid, de la vega del Tajo o de la Sierra Norte para tomar de ellos, y verter luego en sus lienzos, la emoción que se despliega por su pintura. El 7 de noviembre abre exposición en la sala Durán, de la calle de Villanueva, 19, con Madrid como protagonista.Pregunta. ¿Qué capta su mirada sobre Madrid?

Respuesta. Percibo la calle como un paisaje de objetos, que late, vive y despierta mi emoción.

P. Tal como discurre hoy la pintura aquí, su actitud artística parece ir a contracorriente.

R. Sí, es cierto. Pero creo que la distinción entre pintura abstracta y pintura realista no tiene razón de ser.

P. ¿Por qué?

R. Porque los problemas con los que se enfrenta el pintor son siempre los mismos.

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P.¿Cuáles?

R. Los ritmos del color, los valores de las proporciones, las armonías y texturas...Cuando pinto una zapatería del viejo Madrid, en mi trazo están en esencia los mismos retos que encaró Mondrian para hacer su arte.

P. Usted acostumbra pintar en torno a objetos, pero cierta sensibilidad hidalga, aún aquí muy extendida, aleja los gustos pictóricos de las cosas cotidianas...

R. La emoción que hace nacer la belleza puede hallarse en cualquier rincón, desde el portalón de una casona de Villaconejos hasta un pequeño puesto de periódicos en un parque de Madrid. Pero Madrid, en sus cambios, se destruye mucho a sí misma.

P. ¿Hay algo especial en la luz de Madrid?

R. Sí. Produce un efecto que no existe en el mundo. Es de las cosas más bellas que he visto en mi vida.

P. ¿Qué efecto?

R. El sol brilla en Madrid con una luz plateada, única. El cielo posee algún velo que la tiñe, sobre todo en los otoños e inviernos. Es fascinante.

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