Reportaje:

Ropa andaluza sin complejos

Cuando el joven diseñador jiennense Gustavo Alted acababa de recibir el cheque de 750.000 pesetas como ganador del certamen de jóvenes diseñadores andaluces, se acercó a él el prestigioso creador gallego Adolfo Domínguez, le dio una tarjeta y le dijo que quería hablar con él. En ese momento el cheque se convertía en una simple anécdota para un joven de 22 años al que, de pronto, empezaron a rondarle un sinfín de sueños. Inmediatamente rompió a llorar de emoción.Como Gustavo, otros jóvenes han llegado a Jaén procedentes de toda Andalucía con la idea de abrirse camino en el mundo del diseño text...

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Cuando el joven diseñador jiennense Gustavo Alted acababa de recibir el cheque de 750.000 pesetas como ganador del certamen de jóvenes diseñadores andaluces, se acercó a él el prestigioso creador gallego Adolfo Domínguez, le dio una tarjeta y le dijo que quería hablar con él. En ese momento el cheque se convertía en una simple anécdota para un joven de 22 años al que, de pronto, empezaron a rondarle un sinfín de sueños. Inmediatamente rompió a llorar de emoción.Como Gustavo, otros jóvenes han llegado a Jaén procedentes de toda Andalucía con la idea de abrirse camino en el mundo del diseño textil .Y es que durante toda esta semana la capital jiennense se convierte por derecho propio en la capital de la moda, de la moda andaluza. El certamen Pasarela 2000 ha dejado atrás su inicial vocación localista y se ha transformado en una plataforma que puede actuar de trampolín para los más innovadores creadores de la región.

"Queremos que el concurso de diseño sea un referente en toda Andalucía", manifiesta Francisco Espinosa, presidente de la Cámara de Comercio, entidad que organiza desde hace 12 años el certamen Pasarela. Espinosa considera que son muchos los "talentos ocultos" que hay en la región y que no acaban de despegar por falta de apoyo institucional. De hecho, en Jaén, de las más de 400 empresas del sector textil que hay censadas, más del 60% tienen un carácter unifamiliar. "La mayoría son modistas o pequeños talleres familiares que venden sus productos a empresas de fuera", lamenta Espinosa.

La intención de la Cámara de Comercio es cambiar esa tendencia. "Estos jóvenes diseñadores pueden ser la base para consolidar una potente industria textil en Jaén y en Andalucía y evitar que el valor añadido se vaya fuera", indica Francisco Espinosa quien, no obstante, destaca el buen momento por el que atraviesa el sector. Sólo en Jaén, la industria textil mueve al año más de 23.000 millones de pesetas, con lo que ya es la tercera actividad económica más importante de la provincia, tras el aceite de oliva y la automoción.

Más allá de su espíritu creativo, el certamen Pasarela 2000 se concibe ante todo para reactivar el pequeño comercio de la capital jiennense que, en sintonía con el de otros núcleos urbanos del país, no pasa por sus mejores momentos por la competencia directa que ocasiona la proliferación de grandes superficies comerciales. De esta manera, el auditorio de La Alameda se convierte en una pasarela por donde los modelos exhiben las últimas novedades de otoño-invierno de una veintena de establecimientos locales de moda. Junto a ellos, los organizadores de Pasarela han logrado que la firma del diseñador valenciano Balenciaga presentase en Jaén su colección de alta joyería, o que también desfilen diseñadores de la talla de Amaia Exabarría, María José Navarro, los hermanos Cardú o el mismo Adolfo Domínguez. Este último, que abrió el certamen, animó a los jóvenes creadores andaluces, y lo hizo rompiendo uno de los tópicos más extendidos: "Es erróneo que para triunfar haya que irse a Madrid o a París, también puede hacerse desde Jaén".

Quien apenas duerme durante los siete días que dura Pasarela es su directora, María Ángeles Pérez, quien recuerda el salto cualitativo que ha dado este certamen desde su creación en 1989. "Mi intención era que Jaén sonara en el mundo de la moda y creo que lo hemos conseguido, pues recuerdo los años en que la gente tenía que irse a Granada si quería vestir bien", asegura. Cree también que el comercio tradicional no debe tener miedo a las grandes superficies, "sólo deben superarse y especializarse para atraer a más clientes", subraya.

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