Problemas con Correos

Resido en Miami e interesada por una plaza convocada por el Instituto Cervantes en Chicago, telefoneé a mi familia en Madrid para que me enviaran copias de todos los certificados que demostraban mi cualificación para el trabajo. El plazo de entrega de solicitudes acababa el 30 de septiembre. Mi familia decidió enviarla por correo urgente. En Correos les dijeron que llegarían los papeles en cinco o siete días laborables, pagando, eso sí, 3.300 pesetas. Han pasado 11 días laborables y no han llegado. Al ir mi hermano a reclamar, recibió como respuestas que "era imposible que le hubieran dicho es...

Resido en Miami e interesada por una plaza convocada por el Instituto Cervantes en Chicago, telefoneé a mi familia en Madrid para que me enviaran copias de todos los certificados que demostraban mi cualificación para el trabajo. El plazo de entrega de solicitudes acababa el 30 de septiembre. Mi familia decidió enviarla por correo urgente. En Correos les dijeron que llegarían los papeles en cinco o siete días laborables, pagando, eso sí, 3.300 pesetas. Han pasado 11 días laborables y no han llegado. Al ir mi hermano a reclamar, recibió como respuestas que "era imposible que le hubieran dicho eso, porque lo normal es que tarden más de dos semanas" y que "con las cartas nunca se sabe seguro cuándo van a llegar". Ojalá nos hubieran advertido antes de pagar ese dinero, ya que una postal por unas pocas pesetas tarda mucho menos. También recibió mi hermano un teléfono de reclamaciones, que resultó ser sólo válido para envíos dentro de España, con lo que la sensación fue de que se rieron de nosotros en la oficina. Después de fotocopiar mis papeles de nuevo y tras una larguísima conferencia telefónica para dictar mi currículo, la solicitud y poner en orden muchos papeles, mi familia va a intentar presentar mis papeles en mano en la sede de Madrid. Ya es imposible que lleguen a la de Chicago, con o sin mi supervisión. Si yo compro un producto defectuoso, en la tienda más cutre, me devuelven mi dinero. En mi vida he sentido más indefensión y rabia, por no hablar del miedo de perder la oportunidad de un trabajo. Si llegan en los próximos días, ya no los quiero. ¿Para qué pagamos ese dinero?- Gloria .