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Sí, es Enrique Iglesias

Un grammy, más de 10 millones de copias vendidas en todo el mundo, un contrato discográfico de 7.000 millones de pesetas, números uno en 18 países de todo el mundo, giras con más de 700.000 espectadores, 116 discos de platino, 227 de oro, 26 premios internacionales, fotos en 250 portadas de las más diversas publicaciones, entrevistas en más de 190 programas de televisión... Cifras pasmosas que demuestran que Enrique Iglesias ha conseguido lo que todo hijo de famoso desea: no ser recordado por su apellido. Y todo esto con sólo tres discos en el mercado y una personalidad que el ...

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Un grammy, más de 10 millones de copias vendidas en todo el mundo, un contrato discográfico de 7.000 millones de pesetas, números uno en 18 países de todo el mundo, giras con más de 700.000 espectadores, 116 discos de platino, 227 de oro, 26 premios internacionales, fotos en 250 portadas de las más diversas publicaciones, entrevistas en más de 190 programas de televisión... Cifras pasmosas que demuestran que Enrique Iglesias ha conseguido lo que todo hijo de famoso desea: no ser recordado por su apellido. Y todo esto con sólo tres discos en el mercado y una personalidad que el Guiñol de Canal + ha popularizado al menos en España.Sí, es Enrique Iglesias, el nuevo fenómeno del pop latino, ese estilo musical que engloba a todo aquel artista que sea moreno y tenga pinta de dormir la siesta. Ese artista que ha conseguido -¿seguro?- no ir por el mundo como hijo de su padre -"con quien sólo cantaré si es algo espontáneo, no para vender", ha dicho-, llega esta noche al Palau Sant Jordi de Barcelona. Lo hace, cómo no, rodeado de cifras mareantes del tipo seis camiones, equipo de 125 personas y chorrocientos mil vatios de luz y sonido.

Su concierto, un acto a medio camino entre lo social y artístico, será uno de los eventos de esta temporada musical, que se estrena con artistas que van más allá del escenario para convertirse en héroes mediáticos sobre los que todo el mundo tiene un punto de vista.

Lástima que con él no venga Whitney Houston, una morena que no duerme la siesta y con quien ha grabado un tema a dúo. Ya hubiese sido superchachi.

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