Luis Racionero regresa a la literatura en lengua catalana y gana el premio Carlemany

Hacía unos 15 años que Luis Racionero (La Seu d'Urgell, 1940) no publicaba en lengua catalana. El próximo 20 de noviembre, esta sequía acabará cuando salga a la venta L'últim càtar, novela con la que se llevó ayer el 7º Premi Carlemany y con la que retoma, aunque desde una óptica contemporánea, el tema cátaro que explorara ya en Cercamón (1982). Racionero aseguró ayer que L'últim càtar -para el que barajó también los títulos de El somiatruites y Les 'trepes'- es "una comedia ligera, un libro muy suelto" que escribió "para divertirse". En él aparecen, camuflad...

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Hacía unos 15 años que Luis Racionero (La Seu d'Urgell, 1940) no publicaba en lengua catalana. El próximo 20 de noviembre, esta sequía acabará cuando salga a la venta L'últim càtar, novela con la que se llevó ayer el 7º Premi Carlemany y con la que retoma, aunque desde una óptica contemporánea, el tema cátaro que explorara ya en Cercamón (1982). Racionero aseguró ayer que L'últim càtar -para el que barajó también los títulos de El somiatruites y Les 'trepes'- es "una comedia ligera, un libro muy suelto" que escribió "para divertirse". En él aparecen, camuflados, algunos personajes que se han cruzado en la vida del escritor, como por ejemplo una psicóloga y presentadora de televisión que recuerda, vagamente, a su ex esposa, Elena Ochoa.El protagonista de L'últim càtar es Ricard Sureda, según explicó Racionero, "un somiatruites (soñador), un romántico que choca con el mundo actual". Sureda, convencido de la pervivencia de los cátaros, emprende la búsqueda de su herencia para defenderse de la decadencia espiritual de Europa y del ideal de la razón. Sin embargo, el autor considera que "no se trata de un libro sobre catarismo" ni de una recreación histórica como la que escribió él mismo o las de Jesús Mestre y Antoni Dalmau, que gozaron todas de un muy alto nivel de ventas.

En su rastreo, Sureda se encontrará con personajes de diversa índole, entre los que se cuentan los nombres en clave que ha situado estratégicamente y que se pueden reconocer "fácilmente" por las profesiones que desempeñan. Racionero asegura que en la novela "hay más homenajes que venganzas" y que en ella predomina un tono humorístico. Aunque matiza: "Todo lo que aparece es inventado, porque si escribiese la verdad, no se la creería nadie". Como Sureda, Racionero se considera también un idealista. Con él, asegura, comparte la "ingenuidad y el típico ja hi tornem a ser, el ya te han pillado otra vez".

Racionero, que desde 1996 dirige el Colegio de España de París por designación de la entonces ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, recibió el premio, dotado con cuatro millones de pesetas, en el transcurso de un acto que se celebró en Andorra, cuyo Gobierno convoca el premio junto con las editoriales Columna y Proa, bajo el sello de las cuales se publicará la novela. El jurado estaba formado por Elidà Amigó, Raquel Ribó, Xavier Moret, Isabel-Clara Simó y Miquel Alzueta.

Arduino Vannucchi
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