Alisedas, robledales y encinares, anegados

La inundación del Pozo de los Ramos, lugar elegido por el Plan Hidrológico Nacional para levantar una nueva presa de abastecimiento a Madrid, anegaría una aliseda en excelente estado de conservación, cubriría de agua los actuales bosques de ribera del río Sorbe e inundaría los extensos encinares de esta parte de Guadalajara, según los ecologistas. La plancha de agua obligaría, además, al gato montés, al corzo y a la nutria a buscarse nuevos lugares donde vivir. Por contra, la Venta del Obispo, sobre el río Alberche, está cubierta de robledales y pinares de bastante entidad. En sus riberas sobr...

La inundación del Pozo de los Ramos, lugar elegido por el Plan Hidrológico Nacional para levantar una nueva presa de abastecimiento a Madrid, anegaría una aliseda en excelente estado de conservación, cubriría de agua los actuales bosques de ribera del río Sorbe e inundaría los extensos encinares de esta parte de Guadalajara, según los ecologistas. La plancha de agua obligaría, además, al gato montés, al corzo y a la nutria a buscarse nuevos lugares donde vivir. Por contra, la Venta del Obispo, sobre el río Alberche, está cubierta de robledales y pinares de bastante entidad. En sus riberas sobreviven jabalíes, zorros, gatos monteses, tejones y garduñas. La construcción del embalse obligaría a desviar la N-502, que une Ávila con Talavera de la Reina, y la C-500, que discurre paralela a la sierra de Gredos y al parque regional.

"La construcción de ambos embalses", reconoce Santiago Martín Barajas, de Ecologistas en Acción, "es factible, como cualquier obra de ingeniería, ¿pero a qué coste? ¿Estamos dispuestos a renunciar a estos espacios naturales para levantar unas presas cuya rentabilidad es más que dudosa?".

Martín Barajas asegura que la construcción del embalse del Pozo de los Ramos impediría que la presa existente aguas abajo, la Beleña, se llenase. "El canal busca dejar sin recursos a la comarca del Sorbe, que se abastece exclusivamente de la Beleña, para luego venderles el agua tres veces más cara".

En 1998, el entonces presidente del canal, Antonio Beteta, se mostró como ahora su sucesor, Carlos Mayor Oreja, favorable a levantar estos dos embalses fuera de la región; incluso anunció que está dispuesto a adelantar los 10.000 millones de pesetas que costaban.